Volumen
7 - Nº40 - 1997 |

Revista de Divulgación Científica y Tecnológica
de la
Asociación Ciencia Hoy |
NOTA
Siguiendo el Rastro del
Choike |
Néstor
Camino
Departamento de Física Universidad Nacional de la Patagonia |
La Cruz del Sur, así como la región del cielo a su alrededor, ha sido siempre motivo de
admiración. La exquisita riqueza de ese campo estelar y la utilidad de la Cruz para
ayudar a determinar los puntos cardinales han hecho que muchas culturas la tomaran como
símbolo. De hecho, la Cruz y 'el puntero' ( a y ß Centauri),
aparecen en muchas banderas, escudos y logos.
El peso simbólico de la Cruz, nacido como sutil mezcla de psicología
humana y bóveda celeste, unidas por la soledad existencial de la noche sureña dio origen
a mitología incorporadas en constelaciones que, si bien no están incluidas en las 88
constelaciones oficiales, no dejan de ser menos interesantes.
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PARA LOS
ANTIGUOS POBLADORES DE LA ZONA DE ESQUEL, PROVINCIA DE CHUBUT
LA CONSTELACION DE LA CRUZ DEL SUR, REPRESENTA EL RASTRO O HUELLA DE CHOIQUE
O ÑANDU
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Antonio Díaz Fernández, especialista en lengua mapuche, ha recogido de los pobladores de
Esquel historias sobre cómo los antepasados de estos vivenciaban los fenómenos celestes.
Para ellas, la Cruz del Sur se representaba con 'el rastro o la huella del choike o
ñandú', animal considerado sagrado. El antropólogo Roberto Lehmann-Nitsche, señala que
en la Patagonia septentrional, hacia el Siglo XVIII, se imaginaba a la Vía Láctea como
un campo de cacería de ñandúes, en el que estos eran perseguidos por cazadores,
representados por estrellas, que les arrojaban sus boleadoras, simbolizadas por el
puntero, y acumulaban sus cuerpos y plumones en das montículos, las Nubes de Magallanes.
El ñandú tenía su hogar, 'la nidada del ñandú', en el asterismo también conocido
como 'las siete cabritas', 'la gallina con los pollitos', o más oficialmente, 'las
Pléyades'.
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NEMEC
Y EL AMANIC |
La playa
del denso bosque donde estaba enclavada la toldería mocoví se ensombrecía en las
primeras horas vespertinas [...]. El cacique Nemec, cazador habilidoso como pocos, husmeó
una presa en las sombras movedizas y, sin perder tiempo, se lanzó a capturarla. Pero por
más empeño y artimaña que empleó para enredar al amanic (ñandú), éste se le
fue de las manos como por encanto. Nemec, herido en su amor propio, no consentía en
regresar derrotado al tolderio y empezó una tenaz persecución; pero el amanic entre los
senderos del monte huía. Detrás Nemec, afanoso, incansable [...]
Por fin llegaron al horizonte y el amanic en vez de precipitarse al vacío se
elevó al Ipiquem (cielo, lo de arriba). El indio, desfigurado, vencido, rendido,
lo contempló en su raudo vuelo hacia las estrellas donde quedó convertido en
constelación radiante de esplendor.
( De "El cielo en la mitología
americana", F. Molina-Tellez, Emece, Buenos Aires, 1944). |
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Otra leyenda de gran belleza vinculada a la mitología de los indios mocovies es relatada
por Félix Molina-Tellez (ver recuadro). Julius Staal señala, sin embargo, que el ñandú
mocoví no está totalmente fuera de peligro: según la leyenda, el puntero y varías
estrellas cercanas representan dos perros amenazadores.
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PARA LOS INDIOS BORORÓ, EN BRESIL, LA
CRUZ DEL SUR ESTABA UBICADA EN LA PATA DE UN GRAN ÑANDU. |
PARA LOS INDIOS MOCOVIES DEL BOSQUE
CHAQUEÑO, LA CRUZ DEL SUR ERA PARTE DEL CUERPO DE UN ÑANDU ACECHADO POR DOS PERROS |
Lecturas Sugeridas
LEHMANN-NITSCHE, R. Anales del Instituto Popular de Conferencias,
Buenos Aires, 1920.
STALL, J. The Patterns in the Sky, McDonald and Woodward, 1988.
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