Ciencia, seudociencia y no ciencia
¿Deberían enseñarse en las universidades la homeopatía y la parapsicología? ¿Aceptaríamos que un maestro de escuela enseñe a sus estudiantes el creacionismo como alternativa a la teoría de la evolución? ¿O que la Tierra es plana? ¿Debería el Estado financiar con fondos públicos investigaciones en estos y otros pretendidos campos del saber? La respuesta habitual a estas preguntas, en la mayor parte del mundo, es negativa (al menos por ahora): estas disciplinas no deberían enseñarse ni financiarse porque son seudocientíficas y solo la ciencia proporciona el conocimiento legítimo que debe ser promovido y comunicado. Esta respuesta, por plausible que parezca, presupone la solución a un problema sumamente difícil: el de cuál es el criterio o conjunto de criterios que permite distinguir las ciencias de las seudociencias. Los filósofos de la ciencia llaman a esta cuestión el problema de la demarcación. Como veremos enseguida, este problema no admite ninguna solución simple y clara.
¿DE QUÉ SE TRATA?
¿Cómo se distingue la ciencia de la seudociencia? ¿Dónde debe trazarse la frontera? El problema de la demarcación está lejos de ser simple y todavía no tiene una solución general satisfactoria.
En la actualidad, y desde hace...
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