El poblamiento de América. Un debate sin fin

Resolver el problema de los orígenes -geográficos y biológicos- del hombre americano es un tema que ha preocupado a varias generaciones de arqueólogos y antropólogos. Hoy día, gracias a investigaciones cada vez más rigurosas, contamos con una importante información sobre los más antiguos pobladores de la porción meridional de América.

Las discusiones sobre la época en que los primeros humanos llegaron a América es un tema central, en el medio científico, desde hace mucho tiempo. Pero ese problema, que provoca debates tan apasionados suscita otra duda, igualmente relevante, relativa al trayecto que habrían seguido para alcanzar el continente. Los trabajos presentados, por investigadores norteamericanos y canadienses, en el simposio sobre el origen de la población de las Américas, realizado el año pasado en la Universidad del Estado de Oregon, sugieren que, pese a estar periódicamente disponible, el corredor formado entre los glaciares de las Montañas Rocallosas de los Estados Unidos y la región del Labrador, al norte de Canadá, no ofrecía condiciones adecuadas para la supervivencia humana.

Esto viene a reforzar una hipótesis lanzada hace un tiempo, raramente admitida por los especialistas, que sostiene que, el hombre pudo haber penetrado en América por el litoral pacífico, rodeando los glaciares de las Rocallosas, luego de atravesar el estrecho de Bering. Mientras se aguardan, entretanto, pruebas seguras se prevé una fuerte discusión académica en torno a esta tesis.

En lo que se refiere a cuándo entraron los primeros grupos humanos al continente, los supuestos vestigios anteriores a 12,5 mil años aún son controvertidos, aunque se sabe que el hombre llegó a América del Norte con anterioridad a esa fecha.

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Ya en el siglo XVI, los europeos estaban preocupados por conocer cuándo y cómo llegaron a América los primeros indígenas. A comienzos del siglo XX, se sabía que los habitantes del Nuevo Mundo estaban biológicamente emparentados con los asiáticos, aunque también se creía en la posibilidad de migraciones provenientes de Oceanía. De todos modos, se consideraba que la entrada del hombre al continente había ocurrido, como máximo, cerca de seis milenios atrás. Mientras tanto, hallazgos efectuados a mediados de este siglo, lograron probar que hace unos 11 mil años antes del presente los primeros inmigrantes cazaban grandes mamíferos, hoy extintos, en las planicies norteamericanas. Los sitios de la famosa cultura Clóvis, caracterizados por la presencia de instrumentos de caza que incluyen puntas de proyectil lascadas y preparadas con una técnica especial –el “acanalamiento”– fueron entonces considerados vestigios de las más antiguas poblaciones amerindias.

Durante la segunda mitad de nuestro siglo numerosos lugares de América del Norte y del Sur proporcionaron indicios de una posible ocupación humana, incluso más antigua que la de la cultura Clóvis, poco antes del final del período geológico llamado Pleistoceno. Pero se trata de acontecimientos que dan lugar a interpretaciones opuestas y los especialistas divergen mucho al respecto.

André Prous

André Prous

Universidad Federal de Minas Gerais – CNPq

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