Un paso adelante: Internet2 en la Argentina

En el editorial del número 61 de Ciencia Hoy, de febrero-marzo pasados, los editores presentaron una puesta al día de los esfuerzos que se están realizando en el mundo para mejorar la calidad y velocidad de procesamiento y de transmisión de los datos que hoy circulan por la Internet, con el fin de hacer posible la ejecución de nuevas aplicaciones. En particular, señalaba dicho editorial la acción que está realizando en los Estados Unidos la UCAID (Universitary Corporation for Advanced Internet Development), con su proyecto Internet2, para desarrollar y poner en marcha tecnologías de avanzada en comunicaciones entre computadoras. Destacaba también que las comunidades científicas de Chile y del estado de San Pablo, en el Brasil, ya se habían incorporado a Internet2, en contraste con la ausencia de iniciativas similares en la Argentina.

Lo que los editores no revelaron entonces es que, desde hacía largos meses, la propia Asociación Ciencia Hoy, a través de quienes tenemos a su cargo el proyecto RETINA, estaba haciendo activas gestiones para lograr que la comunidad científica argentina también tuviera el acceso a Internet2. En primer término, hubo que obtener de la UCAID el reconocimiento de RETINA como una red académica prestigiosa, respetada dentro y fuera del país y capaz de representar los intereses de la comunidad científica local. Con ello se buscaba conseguir que su centro de operaciones pudiese constituirse en punto de acceso a Internet2 desde la Argentina. Creemos que tal reconocimiento se obtuvo, por una parte, por el excelente concepto que, desde sus mismos comienzos, le mereció el desempeño de RETINA a la National Science Foundation, institución que alienta decididamente el desarrollo de Internet2. Por otra parte, sin duda se debió también a la continuidad de más de diez años del proyecto y a sus esfuerzos por unificar las redes académicas y científicas de la Argentina, sumado al hecho de que el Consejo Interuniversitario Nacional hubiera confiado a RETINA la administración de la Red de Interconexión Universitaria (RIU) durante un delicado proceso de cambio de topología, que culminó con éxito en octubre último. Cumplido ese primer paso, en diciembre último se firmó un Memorandum of Understanding entre la Asociación Ciencia Hoy y la UCAID.

Paralelamente, RETINA tomó contacto con la Florida International University (FIU), institución que, por un acuerdo con la empresa Global Crossing, está promoviendo el proyecto AMPATH, para el acceso a Internet2 de redes académicas latinoamericanas. Global Crossing ofreció brindar a diez redes latinoamericanas que quisieran conectarse a la Internet2 por intermedio de la FIU en Miami, sin cargo por tres años, un enlace internacional con ancho de banda de 45mbps. Pero a pesar del importante ahorro que esta oferta significa, dados los altos costos que aún tienen los enlaces internacionales de gran ancho de banda, para materializar su propósito de ser parte del proyecto AMPATH resultaba necesario para RETINA poder contar con una asistencia económica especial, con el fin de equipar su centro de operaciones con tecnología y enlaces acordes con los nuevos anchos de banda, incrementar su personal y efectuar los aportes demandados por la FIU para hacer llegar la información del Gigapop de esa universidad a los nodos de Internet2, ABILENE y STARTAP. Y necesitaba por último asegurar la continuidad de la prestación durante, por lo menos, el tiempo del proyecto AMPATH.

Así como la Fundación Antorchas había hecho posible el lanzamiento de RETINA en 1990, estábamos seguros de que atendería favorablemente la propuesta de acompañarnos en el nuevo proyecto, que hemos llamado RETINA2. No fue tan sencillo lograrlo. No hay duda de que el éxito de esta nueva iniciativa se basa en la incorporación, como usuarios, de instituciones y grupos científicos de primera línea, ya que la Internet2 –y por ende RETINA2– es un sistema que apunta a usos mucho más avanzados que los de la RETINA actual o RETINA1. Su propósito es poner a disposición de los investigadores argentinos las herramientas más adecuadas –como alta capacidad de cálculo, teleprocesamiento y teleconferencias de inmersión total– para mejorar la calidad y el alcance de sus trabajos, del mismo modo que, más de diez años atrás, RETINA1 les brindó acceso al correo electrónico y, poco después, a Internet1. De ahí, en buena medida, las dudas de la Fundación: ¿estarán los grupos académicos argentinos, en las actuales circunstancias, en condiciones de obtener recursos para establecer sus enlaces y contribuir al sostenimiento de la nueva red?

Las numerosas cartas de intención recibidas de instituciones académicas que tienen en marcha proyectos de investigación y docencia que requerirían disponer, para su comunicación entre sí y con sus pares del exterior, de los anchos de banda propios de la Internet2, en las que ponían en evidencia una convincente disposición a conectarse a RETINA2, incluida una nota particularmente significativa de la red académica uruguaya, terminaron por disipar nuestras dudas y las de la Fundación. Esta decidió realizar los aportes iniciales en el entendimiento de que, como en el proyecto anterior, RETINA2 dé los pasos requeridos para lograr el autofinanciamiento antes de finalizar el período de AMPATH.

A principios de abril del corriente año, en oportunidad de una visita a nuestro país de las máximas autoridades de Internet2, RETINA las reunió con las instituciones que, hasta donde sabía, necesitaban conectarse con las redes académicas avanzadas. Participaron de esa reunión representantes de la Universidad Nacional de La Plata, de las comisiones nacionales de Energía Atómica y de Actividades Espaciales, de las universidades de Belgrano y Tecnológica Nacional, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, de la Universidad Nacional del Litoral, del CRIBABB y de la Universidad Nacional del Sur. Después de esa reunión, RETINA recibió llamados de la Universidad Nacional de Río Cuarto y del Instituto Universitario Aeronáutico, para asegurarse de ser convocados a reuniones futuras. Por su lado, la Universidad de Buenos Aires hizo conocer su propósito de conectar su REDUBA con RETINA2, con un enlace de 8mbps.

Con el apoyo de la Fundación Antorchas asegurado, RETINA está convocando para los próximos días a una nueva reunión de los futuros participantes, para delinear un cronograma de actividades y dejar constituida una comisión de usuarios que colabore con las autoridades de la Asociación Ciencia Hoy en la dirección del proyecto RETINA2 y en su coordinación con todos los sectores, públicos y privados, cuyas actividades tengan alguna relación con el acceso a redes académicas avanzadas. En este sentido y con miras a optimizar el uso de los recursos, se tomó también contacto con la secretaría de Comunicaciones, bajo cuya órbita se encuentra actualmente el programa gubernamental Sociedad de la Información. Se recibieron de esta las seguridades de que procurará racionalizar al máximo la utilización de los recursos existentes en el país y que coordinará las actividades de los distintos interesados de su órbita para asegurar una amplia participación de todos los sectores.

Internet2, pues, se ha puesto en marcha en la Argentina.

No puedo finalizar este relato sin dejar expresa constancia de que nada de lo realizado en los once años de existencia de RETINA, ni las expectativas de nuevas realizaciones que esperamos concretar con RETINA2, hubieran sido o serían posibles sin el grupo técnico que nos acompaña, liderado por Guillermo Cicileo con una dedicación y eficacia más allá de todo elogio. También hemos contado y esperamos seguir contando con los aportes continuados e imaginativos de Carlos Frank y sus colaboradores del CRIBABB, de Bahía Blanca, y de José Luis Del Barco, de la Universidad del Litoral, y con la confianza en nuestro optimismo de la Fundación Antorchas.

Emma Pérez Ferreira

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