Los árboles son afectados a nivel estructural y químico por distintos organismos que desarrollan su ciclo de vida en torno suyo, generando cambios permanentes en sus maderas. Los cambios en las maderas afectadas reflejan diferentes estrategias y mecanismos de uso y consumo de sus tejidos y estructura por una gran diversidad de organismos denominados saproxílicos, ya que dependen de estas para completar su ciclo de vida. Entre estos organismos se encuentran animales, hongos, protistas y bacterias que se asocian con árboles vivos, moribundos o muertos en interacciones directas e indirectas, con distintas funciones ecológicas que hacen a la dinámica de funcionamiento de los ecosistemas terrestres. Sus actividades quedan impresas sobre las maderas usadas y consumidas en forma de patrones específicos reconocibles morfológica, anatómica y químicamente, denominados patrones de biodeterioro, que también se preservan en troncos fósiles.