Tambopata. Un refugio de Vida Silvestre en las Selvas del Perú

En las selvas del Perú se encuentra una de las regiones menos pobladas del continente, la reserva de Tambopata, que alberga una de las mayores diversidades biológicas de la tierra.

El Rio Tambopata nace en el altiplano peruano-boliviano y atraviesa el bosque de neblina, un ecosistema cubierto permanentemente por nubes.
El Rio Tambopata nace en el altiplano peruano-boliviano y atraviesa el bosque de neblina, un ecosistema cubierto permanentemente por nubes.

La reserva biológica de Tambopata-Candamo está en un área de selva del departamento de Madre de Dios, una de las zonas menos pobladas del continente, en el sudeste del Perú junto con el noroeste de Bolivia, constituye quizá la parte más virgen de la cuenca amazónica, a su vez una de las regiones de de mayor diversidad biológica de la Tierra. La reserva tiene una superficie de casi 1,5 millones de hectáreas y Ia surca el Tambopata, que pertenece al sistema del Madeira, importante tributario del Amazonas.

Tambopata

El río Tambopata nace por encima de los 3500 metros sobre el nivel del mar, en los cerros nevados que dominan el altiplano peruano-boliviano; en su descenso inicial hacia hacia la llanura amazónica y el Atlántico forma rápidos y cascadas al discurrir por profundos valles y cañones, en los que la vegetación se torna cada vez más densa. Por debajo de los 3000m de altitud atraviesa un ecosistema selvático casi permanentemente cubierto por nubes, conocido como el bosque de neblina -en la literatura argentina suele emplearse también la denominación de yungas-, un reino de helechos, bromelias y orquídeas, en el que es común encontrar animales silvestres como el mono araña o coatá negro (Ateles paniscus), el mono barrigudo (Lagothrix lagothrica), el gallito de las rocas (Rupicola peruviana), el oso de anteojos (Tremarctus ornatus), el guacamayo militar (Ara militaris) y una especie de pudu (Pudu mephistopheles), uno los venados más pequeños que existen.

El centro de investigaciones de Tambopata cumple un cometido activo en el estudio de las poblaciones de aves de la región.
El centro de investigaciones de Tambopata cumple un cometido activo en el estudio de las poblaciones de aves de la región.

Al llegar a la llanura amazónica, por debajo de los 500m de altitud, la selva de altura se convierte en la selva amazónica baja y el Tambopata en un río tranquilo, ancho y sinuoso; en su latitud (11°S), el clima es relativamente benévolo, con temperaturas diurnas que pueden llegar a los 30°C, noches frescas, humedad relativa alta y precipitación media anual que supera los 2000mm, En tales circunstancias, se produce una verdadera explosión de vida, no sólo en cuanto a.la pluralidad de sus formas sino, también, a su abundancia, que se distribuye en más de cien especies de mamíferos y unas 1400 de aves, incluyendo el mono aullador o cotomono (Alouatta seniculus), primo del carayá del bosque chaqueño; el machín negro (Cebus apella), conocido en la Argentina por mono caí, y el mono ardilla (Saimiri scieureus), así como el caimán (Caiman cocadrilus), el guacamayo (Ara sp.) y otras especies menos frecuentes pero, aun así, presentes en poblaciones estables: el jaguar (Panthera onça), el puma (Felis concolor), el tapir (Tapirus terrestris), el carpincho (Hydrochaerus hydrachaeris), allí llamado capibara, y el águila arpía (Harpia harpyja), que también habita la selva misionera, entre otros.

Las orquideas son especies faciles de encontrar en el bosque de neblina
Las orquideas son especies faciles de encontrar en el bosque de neblina

La diversidad biológica es una de las características mas salientes de la región amazónica: a pesar de cubrir apenas el 7% de la superficie terrestre, sus selvas tropicales contienen más de la mitad de las especies existentes en el planeta. Ello se debe, sobre todo, a la coexistencia equilibrada de distintas especies de plantas y animales en un área determinada, una de las características que diferencian a las selvas tropicales de los bosques templados. Se ha determinado, además, que la estructura y composición de la flora y fauna en las selvas tropicales se caracterizan por interacciones mucho más complejas que las de los bosques templados, tanto en lo que se refiere a las especies como al ecosistema, el que incluye diferentes formas de vida que habitan y crecen en distintos niveles arbóreos, desde el suelo hasta los doseles selváticos más altos, y que incluyen lianas y epífitas (entre estas, bromelias y orquídeas).

La reserva biológica de Tambopata-Candamo abarca, quizá, el último gran valle de los Andes orientales que se encuentra intacto. Sin embargo, no esta aislada en su región, sino que, en coincidencia con la frontera peruano-boliviana, limita a lo largo de 150km con el proyectado parque nacional Alto Madidi, de dos millones de hectáreas. Tomados en conjunto, ambos santuarios protegerían a más especies animales y vegetales que cualquier otra área de conservación en el mundo.

El centro de investigaciones de Tambopata ofrece a los científicos la posibilidad de realiar estudios relacionados con el ambiente natural y su conservación.
El centro de investigaciones de Tambopata ofrece a los científicos la posibilidad de realiar estudios relacionados con el ambiente natural y su conservación.

En el corazón de la reserva se encuentra el centro de investigaciones de Tambopata, creado con el fin de estudiar la biodiversidad de la región, tarea que lleva a cabo con la colaboración de la New York Zoological Society y la WildIife Conservation Saciety (WCS), también de Nueva York. El centro está equipado para albergar a investigadores que trabajen en diferentes proyectos. Su edificación principal consiste en una plataforma de 300m2, con sanitarios, cocina, comedor y un laboratorio, y su arquitectura sigue las líneas de las malocas, las moradas de los nativos de la zona, abiertas a los costados para permitir un contacto directo con la selva y la vida silvestre circundante. En torno al centro, además, se han abierto 25km de senderos, que recorren gran parte de los hábitat de la zona. Desde 1990, se lleva a cabo allí una investigación sobre ciertos loros de la región, los guacamayos -también conocidos por aras o papagayos (en inglés, macaws)-, que tiene por objeto el cónocimiento y manejo de poblaciones silvestres de esas aves. El proyecto está a cargo de científicos peruanos de la Universidad Agraria La Molina, bajo la supervisión de la WCS. Los fondos para su financimiento provienen, principalmente, de fuentes privadas peruanas, en especial, la industria.

Dos especies de Guacamays: Ara Macao (centro) y A. Chloroptea. La primera se caracteriza, entre otras cosas, por una leve coloración amarilla en el plumaje de la cabeza. La segunda presenta un estriamiento de color rojo debajo de los ojos.
Dos especies de Guacamays: Ara Macao (centro) y A. Chloroptea. La primera se caracteriza, entre otras cosas, por una leve coloración amarilla en el plumaje de la cabeza. La segunda presenta un estriamiento de color rojo debajo de los ojos.

Existen dieciséis especies de guacamayos que habitan las selvas tropicales y subtropicales del continente sudamericano, distribuidas desde el centro de México hasta el norte de la Argentina. Están incluidas en tres géneros: Anodorhynchus, Cynanospitta y Ara (orden Psittaciformes, familia Psittacidae). Los guacamayos se diferencian del resto de las 340 especies de loros que hay en el mundo por sus largas colas y grandes picos, cuya fuerza posiblemente no sea superada por ninguna otra ave. Ocho de las dieciséis especies son de gran tamaño: los adultos pueden medir más de un metro, de la cabeza a la cola. Tienen plumajes con coloraciones muy vistosas y, entre las aves, su inteligencia es comparable a la del chimpancé entre los primates. Sin embargo, estan desapareciendo, debido a la destrucción en gran escala de las selvas y a su captura para mascotas. De hecho, diez especies de guacamayos se encuentran actualmente en peligro de extinción.

Ara Ararauna a los cinco dias de nacido. Los pichones eclosionados en incubadora deben conservarse en condiciones cotroladas de temperatura y humedad y alimentarse cada sesenta minutos.
Ara Ararauna a los cinco dias de nacido. Los pichones eclosionados en incubadora deben conservarse en condiciones cotroladas de temperatura y humedad y alimentarse cada sesenta minutos.

En Madre de Dios viven ocho diferentes especies de guacamayos, las que todavía son relativamente abundantes. Sin embargo, muchos aspectos de su biologla aún se presentan bajo signos de interrogación, sobre todo lo que respecta a su alimentación (no se sabe bien por qué, en ciertas épocas del año, comen la tierra arcillosa de ciertos acantilados), reproducción y estructura social. El estudio de los guacamayos de Tambopata se propone desentrañar algunos de esos misterios. Se ha inspirado en una antigua costumbre de los machiguengas, nativos que habitan el río Manu, situado a unos 400km al noroeste, quienes crían guacamayos desde su nacimiento, como si fueran mascotas, pero, al alcanzar las aves la edad adulta, las liberan para que se reintegren a las poblaciones naturales. Sin embargo, luego de haber aprendido a interactuar con el hombre desde sus primeros días de vida, los guacamayos regresan a diario en busca de comida y afecto, a pesar de verse en absoluta libertad.

Siguiendo las técnicas de los machiguengas, en una primera etapa los científicos identificaron los nidos naturales de guacamayos en los alrededores del centro de investigaciones y sumaron a ellos varios nidos artificiales. Su trabajo se centró principalmente en las tres especies de mayor tamaño: el guacamayo escarlata (Ara macao), el rojo (A. chloroptero) y el azul y amarillo (A. ararauna). Los dos primeros anidan en cavidades naturales de las eritrinas (Erythrina sp.) -el mismo género que el ceibo de la cuenca del Plata- y otros árboles, en el dosel alto del bosque, a una altura entre los 10m y los 50m del suelo. El tercero prefiere los tallos muertos de algunas palmeras, como el aguaje (Mauritia flexuosa).

Ara Macao a los treinta dias, con plumaje en pleno desarrollo.
Ara Macao a los treinta dias, con plumaje en pleno desarrollo.

La información obtenida durante los primeros tres años de estudio sugiere que, de cien parejas de guacamayos, sólo entre diez y veinte intentarán aparearse en un año determinado y, de estas, sólo entre seis y catorce tendrán éxito. El macho y la hembra son idénticos en apariencia (técnicamente, son especies sin dimorfismo sexual), por lo que sólo es posible identificar el sexo de un individuo mediante la observación directa de su comportamiento. La época de reproducción comienza en diciembre y la hembra pone dos huevos, que incuba durante cuatro semanas. Si los huevos sobreviven a las vicisitudes climáticas y los depredadores (tucanes y hurones o tayras), los pichones nacerán en enero, con no muchos días de diferencia. El primogénito gozará de mayores ventajas competitivas, por ser alimentado siempre en primer lugar por la madre, por lo que el otro no sobrevivirá sino en raras oportunidades. Cuando el pichón alcanza los tres o cuatro meses comienza a aprender el arte de volar, con ayuda de los padres.

Maloca, típica vivienda ese'eja en la  comunidad nativa de infierno
Maloca, típica vivienda ese’eja en la comunidad nativa de infierno

Para garantizar la supervivencia de ambos pichones, siguiendo las tecnicas de los machiguengas, los científicos del proyecto sacan un huevo de cada nido y lo incuban, durante un mes, en condiciones ambientales controladas. Luego de la aclosión, el pichón es alimentado en el laboratorio y mantenido a la temperatura adecuada, hasta alcanzar los tres o cuatro meses de vida, cuando debe aprender a volar y reintegrarse gradualmente a las poblaciones silvestres. Tales técnicas han tenido, hasta el momento, marcado éxito, al punto que los biólogos de la WCS se encuentran montando proyectos similares en otros puntos de la Amazonia peruana, como también en Bolivia y Brasil. Gracias a ellas, se vislumbra la posibilidad de regenerar poblaciones naturales depredadas, así como incentivar una floreciente industria de ecoturismo. La posibilidad de que un aspecto de la conservación en la Amazonia pueda ser también fuente de ingresos está convirtiendo a estos loros en un recurso económicamente valioso y en míticos embajadores de los bosques tropicales de la región.

Además de proteger y conservar la biodiversidad, la reserva biológica de Tambopata-Candamo tiene como propósito promover el concepto de desarrollo sostenible y enseñar a preservar los recursos forestales de la región. Para ello, ha definido una amplia superficie periférica de la reserva como zona de transición o amortiguación, en la que se propone llevar a cabo un plan de uso y explotación participativos de las tierras, basado en sistemas racionales de producción agroforestal que rescaten las prácticas de agricultura de los diferentes grupos nativos de la Amazonia, las cuales resultan más eficaces que los métodos importados, tanto en lo que se refiere a productividad como a sustentabilidad.

Palmares y sabanas son ecosistemas típicos de las regiones aledañas a la reserva.
Palmares y sabanas son ecosistemas típicos de las regiones aledañas a la reserva.

La preservación cultural tambien cumple un cometido activo en Tambopata. La ocupación humana de la región, aunque escasa, está compuesta mayoritariamente por poblaciones nativas, como los ese’eja, un grupo indígena perteneciente a la familia lingüística takana (takana, chimane y chama), que se encuentra disperso en la región de los ríos Tambopata, Madre de Dios y Heath, en el Perú, y Beni y Madidi, en Bolivia. Igual que otros grupos indígenas amazónicos, los ese’eja viven allí desde antes de la colonización española y tienen un profundo conocimiento del ecosistema que habitan. Su cultura se encuentra íntimamente ligada al río, su principal medio de comunicación, y al bosque, que los provee de recursos -flora y fauna- con los que satisfacer sus necesidades. En su momento cazadores y recolectores, los ese’eja se hallan, en la actualidad, diseminados en caseríos a lo largo de las riberas del Tambopata, donde practican la agricultura como principal actividad económica. Pero, igual que la mayoría de los nativos de las selvas amazónicas, se encuentran en camino a la extinción. Su población en territorio peruano se reduce hoy a unos magros 600 habitantes, distribuidos en los asentamientos de Infierno y Filadelfia, sobre el río Tambopata, y Palma Real y Sonene, en el Bajo Madre de Dios y el Heath. Se calculaba que su población era de 15.000 personas antes de 1948.

Los habitantes de las regiones amazónicas poseen una rica tradición de aprovechamiento de los recursos naturales para satisfacer sus necesidades; en pocos lugares del mundo la población indígena tiene un conocimiento tan amplio de, por ejemplo, las propiedades medicinales de las plantas. En esto, los ese’eja no constituyen una excepción. Utilizan más de cien especies vegetales con fines curativos y rituales. Tomando esa sabiduría etnobotánica como punto de partida, la ciencia occidental puede descubrir nuevos compuestos beneficiosos para el tratamiento de enfermedades humanas. Las selvas amazónicas ya están demostrando su potencial en este sentido. Pero, hasta el momento, el uso de plantas medicinales entre los ese’eja no se encuentra documentado. Con el objeto de contribuir a obtener conocimientos de esta clase, el laboratorio de biotecnología vegetal donde trabajan los autores se ha propuesto identificar, en una primera etapa, cincuenta especies medicinales utilizadas por los indígenas y documentar sus formas de uso. Luego se encararán estudios primarios sobre la actividad biológica de diferentes extractos obtenidos de esas plantas, para identificar, entre otros, posibles efectos antitumorales, antioxidantes, antivirales, etc., como primera aproximación al desarrollo de nuevas drogas.

Hoja de Santa María (Pothomorphe Peltata) una de las plantas medicinales  más promisorias en la búsqueda de metabolitos secundarios de interés farmacológico.
Hoja de Santa María (Pothomorphe Peltata) una de las plantas medicinales más promisorias en la búsqueda de metabolitos secundarios de interés farmacológico.

La diversidad biológica se encuentra amenazada por la destrucción de los hábitat naturales y la consiguiente extinción masiva de especies; la Amazonia no escapa a esta realidad. Las selvas amazónicas y las sociedades que las habitan están desapareciendo a una velocidad alarmante. Evitar que esto ocurra, por lo menos en una pequeña porción del planeta, es el objetivo principal de Tambopata-Candamo, no sólo mediante la creación de un parque nacional -que es un área de estricta conservación del ecosistema y sus componentes- sino, también, mediante el estudio y desarrollo de métodos de producción sostenibles, para que sean aplicados fuera del parque y principalmente, en sus inmediaciones. Los esfuerzos de estos primeros años se han orientado al estudio y manejo de poblaciones de aves y de sistemas agro-forestales. Sin embargo, en el futuro será necesario abordar otros aspectos, tanto biológicos como sociales. La necesidad de proteger grandes extensiones de ambientes naturales, donde las especies nativas puedan vivir y evolucionar, hace de Tambopata-Candamo un ejemplo para imitar en otras regiones.

Lecturas Sugeridas

COMMISSION ON DEVELOPMENT AND ENVIRONMENT FOR AMAZONIA, 1992, Amazonia Wíthout Myths, United Nations Development Programme, New York.

FLENLEY J., 1993, “The Origin of Diversity in Tropical Rain Forests”, Trends in Ecology and Evolution, 8:119-1 20.

GENTRY A.H. & BLANEY C.L., 1990, “Alternative to Destruction: Using the Biodiversity of Tropical Forests”, Western Wildlands, 16:2-7.

LLERAS, E., 1992, “Conservação de Recursos Genéticos Florestais”, Anais do 2° Congresso Nacional sobre Esséncias Nativas y Conservação da Biodiversidade, Revista do Instituto Florestal de São Paulo, 4:11 79- 1184.

MONTAGNINI, E, 1992, Sistemos agroforestales; principios y apIicaciones en los trópicos, Organización para Estudios Tropicales, San José de Costa Rica.

MUNN, C.A., 1994,, “Macaws: Winged Rainbows”, National Geographic, 1 85:118-140.

SCHULTES, R.E. & RAFFAUF, R.F, 1990, The Healing Forestal: Medicinal and Toxic Plants of the Northwest Amazonia, Discorides Press, Portland, Oregon.

C. Desmarchelier

C. Desmarchelier

Catedra de Biotecnologia y Microbiología Industrial. Facultad de Farmacia y Bioquimica (UBA)
G. Ciccia

G. Ciccia

Catedra de Biotecnologia y Microbiología Industrial. Facultad de Farmacia y Bioquimica (UBA)
A. M. Giulietti

A. M. Giulietti

Catedra de Biotecnologia y Microbiología Industrial. Facultad de Farmacia y Bioquimica (UBA)

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