Las macroalgas marinas bentónicas de la Argentina

Las macroalgas marinas bentónicas son algas que proliferan en el fondo marino. En este artículo se describen las especies que se encuentran en las costas de nuestro país, así como su posible utilización comercial.

Las macroalgas marinas forman parte del paisaje de los fondos de nuestras costas.
Esta vegetación se constituye de diferentes especies, cuyo valor comercial no se halla
suficientemente explotado en el país.

Las algas que proliferan en el fondo marino se denominan macroalgas marinas bentónicas – ‘bentónico” es todo aquello que vive en contacto con el fondo de un cuerpo de agua-. Son vegetales que crecen adheridos al material que forma la costa o sustrato, y que en general son poco conocidos por los no especialistas pues para verlos es necesario encontrarse en la playa en los momentos de marea baja, cuando el sustrato queda al descubierto. Sin embargo, cuando las plantas forman grandes poblaciones -como los bosques de Macrocystis pyrifera o las praderas de Lessonia nigrescens o Durvillaea antarctica – se las puede observar aun en los momentos de marea alta. A veces, en las playas se observan acumulaciones de macroalgas muertas, denominadas arribazones, que fueron arrancadas del mar por el fuerte movimiento del agua y arrojadas sobre la costa.

En grandes rasgos, y según los pigmentos que posean los cloroplastos – organelas donde se realiza la fotosíntesis – las macroalgas se clasifican en tres grandes grupos: las rojas (Rhodophyta), las de color pardo (Phaeophyta o Phucophyta) y las verdes (Chlorophyta) (“Características biológicas de las macroalgas”).

La vida de las macroalgas marinas está condicionada al lugar donde crecen o hábitat, sobre el cual los factores abióticos ejercen un efecto importante. El fotoperíodo, o sea, la duración relativa de los períodos de luz y de oscuridad diarios, es un factor esencial en su vida. En estas plantas, como en las terrestres, los procesos vitales se rigen por la fotosíntesis (“Agua, carbono, luz y vida”, en CIENCIA HOY 27: 41-55, 1994). Sin embargo, no todas las macroalgas necesitan la misma intensidad luminosa para este proceso, ya que esto depende de los pigmentos que posean. Así, las macroalgas verdes, capaces de absorber mucha energía lumínica, abundan en los primeros tramos de la costa. Mientras que a profundidades mayores, donde la penetración de la luz es menor, predominan las macroalgas rojas y pardas.

María L. Mendoza

María L. Mendoza

Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) Ushuaia, Tierra del Fuego

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