Poder mental

Alrededor del 20% de la población mundial vive en condiciones de pobreza. Las personas en esta condición generalmente sufren necesidades y se ven a menudo frente a restricciones alimenticias, materiales, de entretenimiento, etc. Estas restricciones implican estar sometidos a más y mayores situaciones de auto control que personas de mayor poder adquisitivo. El auto control es necesario para alcanzar metas, tomando decisiones estratégicas que permitan mejorar la situación futura a expensas de
no satisfacer un deseo o necesidad inmediata. La capacidad de controlar los deseos, si bien es una de las grandes fortalezas del ser humano, requiere de un esfuerzo mental muy grande. Tal es así que en un experimento reciente se demostró que, a lo largo del día, las personas pierden progresivamente su capacidad de auto control conforme se enfrentan a situaciones previas de auto control. De esta manera, enfrentarse a un mayor número de decisiones en condiciones restrictivas empeoraría la capacidad de tomar decisiones estratégicas. Esto plantea un círculo vicioso donde la persona sometida a restricciones
tomaría malas determinaciones, empeorando cada vez más su situación.

Con el fin de comparar las capacidades cognitivas de personas en situación de pobreza con
personas de buena situación económica un grupo de investigadores realizó dos experimentos. En el primero, se sometió a los participantes tomar una serie de decisiones que podían ser “importantes” o “ligeras” y luego se evaluó su rendimiento en pruebas diseñadas para medir capacidades cognitivas.
Los participantes fueron luego agrupados por su nivel de ingreso económico entre “ricos” y “pobres”. Los ricos mostraron mejor rendimiento que los pobres luego de haber tomado tanto decisiones importantes como ligeras. Por oto lado, dentro del grupo de los pobres, a los sometidos previamente a decisiones importantes les fue mucho peor en la prueba cognitiva que a los sometidos a decisiones ligeras.

El segundo experimento involucró a campesinos de la india antes y después de la cosecha de caña de azúcar. Estos agricultores llegan a la cosecha afrontando deudas y problemas financieros. Al cosechar reciben más del 60% de su ingreso anual experimentando una temporada de abundancia, lo que representa una situación restrictiva antes y de bienestar después de la cosecha. En concordancia con la hipótesis, las mismas personas rindieron mejor en las pruebas cognitivas después de la cosecha, cuando están sometidos a menos situaciones de auto control. Tomando en cuenta que nuestro cerebro tiene capacidades cognitivas limitadas, los resultados sugieren que, en personas en situación de pobreza, parte de esas capacidades están comprometidas con tareas que afectan la toma estratégica de decisiones.

Más información en: The Poor’s Poor Mental Power, Kathleen D. Vohs, Science 341, 969 (2013)

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