En ni帽os de familias carenciadas se observan caracteres sexuales secundarios que se alejan de lo normal. Este art铆culo explica las causas de tal fen贸meno.
La desnutrici贸n, aun cuando act煤e por igual sobre ambos sexos, puede alterar la manifestaci贸n de algunos caracteres sexuales secundarios.
Las diferencias morfol贸gicas, fisiol贸gicas, bioqu铆micas y de comportamiento de machos y hembras se denominan, en su conjunto, dimorfismo sexual. Cuando los rasgos f铆sicos diferenciales, o rasgos dim贸rficos, est谩n directamente vinculados con la reproducci贸n como es el caso de test铆culos, ovarios, hormonas gonadales, etc. se los denomina caracteres sexuales primarios, mientras que otras notorias diferencias entre los sexos, los caracteres sexuales secundarios que se relacionan con el tama帽o corporal, el desarrollo muscular y esquel茅tico, la distribuci贸n del tejido adiposo subcut谩neo, etc. no est谩n ligados a la funci贸n reproductora (v茅ase recuadro "Herencia y caracteres sexuales primarios")
Aunque la clasificaci贸n de los caracteres sexuales en primarios y secun颅darios es 煤til y parece inobjetable, existen situaciones en las que no resulta f谩cil establecer si se trata de unos u otros. Hace ya m谩s de un siglo, Darwin plante贸 este problema en The Descent of Man and Selectian in Relation to Sex, Londres, 1889, y lo resolvi贸 como era de esperar desde una perspectiva din谩mica: mientras los caracteres sexuales primarios serian producto de la selecci贸n natural, los secundarios resultar铆an de la selecci贸n sexual (v茅ase recuadro "Selecci贸n natural y selecci贸n sexual").
Decir que un car谩cter sexual es producto de la selecci贸n sexual puede parecer redundante, pero ocurre que existen rasgos dim贸rficos que no est谩n vinculados con la reproducci贸n. En esta categor铆a se ubican tanto los rasgas neutros como aquellos asociados con alguna actividad ajena a la reproducci贸n. Las diferencias de coloraci贸n existentes en ciertos animales que no pueden distinguir los colores, las varias formas relacionadas con el hermafroditismo y las diferencias de comportamiento de algunos invertebrados que no pueden desplazarse constituyen ejemplos de car谩cter sexual neutro. Sin embargo. este dimorfismo neutro debe integrar el conjunto de caracteres sexuales secundarios, porque todos, de una forma u otra, son seleccionados durante la evoluci贸n. La selecci贸n natural es tambi茅n responsable del polimorfismo sexual, o sea, las diferencias de caracteres secundarios en un mismo sexo. En estos casos act煤a la llamada selecci贸n diversificante, que incrementa la variabilidad de la poblaci贸n y favorece la aparici贸n de grupos de individuos de un mismo sexo con caracteres propios.
La concepci贸n darwiniana del dimorfismo sexual es producto de una paciente y rigurosa observaci贸n de la naturaleza; est谩 tambi茅n sorprendentemente cerca de la interpretaci贸n actual de este problema. En la 茅poca de Darwin ni siquiera se conoc铆an las leyes b谩sicas de la herencia, pues, a pesar de que contempor谩neamente viv铆a Mendel, los resultados de los experimentos de este s贸lo fueron ampliamente difundidos a principios del siglo XX, por lo que Darwin no los conoci贸.
Sin el auxilio de la gen茅tica era imposible saber la verdadera causa de la variaci贸n aleatoria y, por lo tanto, no se podian considerar los procesos de diferenciaci贸n el sexual incluido como producto de una interacci贸n gen茅ticoambiental. El fenotipo de cada individuo el conjunto de sus caracter铆sticas observables es producto de su herencia gen茅tica y de la acci贸n modificadora del ambiente. Hoy, esta acci贸n ambiental reside, por ejemplo, en el cambio de h谩bitos alimentarios, la contaminaci贸n creciente, malnutriciones de diverso tipo e intensidad y las situaciones de tensi贸n que encontramos en la sociedad moderna, cada vez m谩s competitiva y compleja. Si la medici贸n de un par谩metro corporal reflejara directamente la interacci贸n gen茅ticoambiental, se podr铆a evaluar la influencia de cada uno de los factores mencionados. Pero simples comparaciones estadisticas no permiten extraer conclusiones de ning煤n tipo; es necesario realizar otra clase de estudios. Entre las aproximaciones experimentales accesibles al investigador se cuentan las de gen茅tica cuantitativa, que pueden distinguir entre la influencia gen茅tica y la del ambiente. Tambi茅n cabe realizar experimentos, de tal forma que se analice el efecto particular de cada factor; las observaciones obtenidas se vuelcan luego a un modelo general. En resumen, podr铆amos afirmar que la concepci贸n evolutiva moderna permite concebir el dimorfismo sexual como un fen贸meno de poblaci贸n, resultante de una interacci贸n gen茅ticoambiental factible de ser estudiada sobre la base de comparar ciertos caracteres, observaciones que luego deben ser corroboradas en forma experimental.
Sabemos que la mayor铆a de los conceptos evolutivos b谩sicos son aplicables a los seres humanos, con la diferencia de que las poblaciones humanas transmiten tambi茅n patrones culturales de conducta. Tal transmisi贸n, que se realiza durante muchas generaciones, obedece a mecanismos diferentes de los de la herencia natural, pues los humanos, debido a los factores socioculturales, alteramos nuestro ambiente f铆sico y, en consecuencia, nuestros propios patrones evolutivos. En la adaptaci贸n humana no s贸lo intervienen factores del medio natural; se trata de un complejo proceso que nos lleva al concepto de gran ambiente. Es颅to implica considerar como factores del medio a un conjunto heterog茅neo de fen贸menos, desde pr谩cticas consagradas por la costumbre, que se remontan a la noche de los tiempos y que a煤n perviven hasta lo inveros铆mil, hasta complejas relaciones de la sociedad moderna que, en forma no menos inveros铆mil, justifican la existencia, en un mismo tiempo y lugar, tanto de la opulencia de los que pueden comer sin alimentarse pi茅nsese en nuestros mercados atiborrados de men煤s light y productos diet como de la miseria de los que deben alimentarse deficientemente por falta de recursos econ贸micos. Las condiciones socioecon贸micas adversas que soportan los segundos van configurando subpoblaciones sometidas a condiciones adaptativas propias de un ambiente nutricionalmente deficitario.
Estas subpoblaciones permanecen inmersas en la poblaci贸n mayor, pero sus caracteristicas se acent煤an mientras perdura la acci贸n nociva del medio y se trasladan por v铆a no gen茅tica a la descendencia. Un ni帽o que nace en un medio econ贸micamente pobre se ver谩 obligado a desarrollar h谩bitos y comportamientos que le permitan sobrevivir en ese medio adverso, h谩bitos que atentar谩n contra una educaci贸n eficiente y contra su normal aptitud para competir en la obtenci贸n de empleos y otros medios que, llegado a edad adulta, le permitirian mejorar su posici贸n. Por otro lado, una persona que nace en un ambiente de abundancia e hipernutrici贸n parece orientada a cuestiones de otro orden, como adoptar la 煤ltima moda en materia de regimenes diet茅ticos tan s贸lo para acceder o conservar una forma corporal acorde con los criterios est茅ticos de su tiempo y estrato social. Estas manifestaciones extremas de comportamiento social son producto de una divergencia progresiva de miembros de una misma sociedad, y podr铆an configurar un caso particular de evoluci贸n diversificante. Las curvas de crecimiento de varones y ni帽as pertenecientes a los llamados bolsones de pobreza no s贸lo evidencian valores m谩s bajos que los normales sino, tambi茅n, presentan una nueva relaci贸n de equilibrio entre los sexos. Aun en ambientes semejantes, la desnutrici贸n de los varones puede ser mayor que la de las mujeres.
Si se considera que los primeros son, por lo general, de mayor tama帽o, puede ocurrir una inhibici贸n o, a veces, hasta una inversi贸n del dimorfismo sexual secundario. Esto provoca que las ni帽as presenten mayor peso y estatura que los varones durante el desarrollo puberal, y que se observe un retraso en el desarrollo corporal de los varones, lo cual se advierte en las respectivas curvas de crecimiento. No todos los 贸rganos y tejidos responden por igual a la desnutrici贸n cr贸nica; resultan m谩s afectados aquellos de desarrollo lento y constante, mientras que los de crecimiento r谩pido presentan mayor resistencia al cambio.
El per铆metro del brazo, por ejemplo (Fig. 1), est谩 influenciado tanto por la cantidad de tejido 贸seo como de muscular y adiposo. Si se hacen las correcciones correspondientes, puede calcularse la influencia de cada uno de estos tres componentes en ni帽os normales y en desnutridos. Aunque la comparaci贸n directa de los valores de los per铆metros arroje cifras similares, puede suceder que exista mayor desarrollo muscular, combinado con menor acumulaci贸n adiposa, en ni帽os normales, mientras que los carenciados presenten menor desarrollo muscular y mayor reserva relativa de grasa; se trata, por lo tanto, de un movimiento compensatorio que permanece oculto.
La aseveraci贸n de que una deficiencia nutricional puede alterar las diferencias entre los caracteres sexuales secundarios o sea, desencadenar una inhibici贸n dim贸rfica puede resultar algo dif铆cil de entender, ya que la desnutrici贸n actuar铆a por igual sobre ambos sexos. Sin embargo, sabemos que, ante un factor adverso, las mujeres exhiben mayor resistencia que los varones a inhibir su crecimiento, y que se mantienen en lo posible dentro de sus respectivos canales de normalidad. Sometidos a las mismas condiciones de carencia, los varones muestran una disminuci贸n m谩s importante de peso corporal y cambios en su constituci贸n esquel茅tica, reserva adiposa y/o desarrollo muscular.
Veamos c贸mo la hip贸tesis anterior la mayor resistencia femenina a un cambio ambiental adverso pudo ser comprobada en la poblaci贸n carenciada de Villa IAPI (v茅ase CIENCIA HOY, 30:41, 1995). En la figura 2 se muestra un resumen de las observaciones realizadas, las que nos llevan a postular la existencia de dos tipos de patrones dim贸rficos, el temprano y el tard铆o.
En el patr贸n dim贸rfico temprano, la diferencia entre los sexos comienza a manifestarse en etapas prepuberales, como sucede, por ejemplo, con el per铆metro craneano y los pliegues subcut谩neos tricipital (medido en el m煤sculo tr铆ceps, en la parte posterior del brazo) y su颅bescapular (medido debajo del om贸plato). 颅Se observa que, mientras el per铆metro craneano es mayor en los varones que en las mujeres, los valores de los pliegues subcut谩neos est谩n significativamente disminuidos en los primeros.
El incremento de grasa subcut谩nea en las mujeres se explica por la necesidad de contar con un reserva energ茅tica para futuros embarazos. El patr贸n dim贸rfico tard铆o aparece en la etapa puberal; por ejemplo, a partir de los doce a帽os tanto el peso corporal como la longitud del tronco es menor en los varones que en las mujeres. Otras variables normalmente dim贸rficas, como la estatura total y el per铆metro del brazo, no presentaron dimorfismo sexual. El per铆metro craneal fue la 煤nica variable que, en Villa API, permaneci贸 normal, es decir, fue mayor en varones que en mujeres, indicio de que la masa encef谩lica no resultar铆a afectada por la desnutrici贸n cuando esta se instala despu茅s de la lactancia.
Se observ贸, adem谩s, que la estatura promedio era mayor en las mujeres que en los varones, y que no se produc铆a el cambio hacia el predominio masculino, como deber铆a haber ocurrido antes de los catorce a帽os. Con el prop贸sito de corroborar en forma experimental este tipo de observaciones, realizamos una serie de ensayos con animales. Preparamos dos lotes de ratas albinas de uno y otro sexo: uno para fines de control, que fue alimentado con una dieta normal, y otro que recibi贸 cantidades normales de una dieta pobre en prote铆nas (lote de ratas desnutridas). Despu茅s de cierto tiempo, observamos que el dimorfismo craneano sexual, normal entre animales del grupo control, fue inhibido significativamente en los animales desnutridos, lo cual corroboraba la diferencia entre sexos observada en el ser humano (Fig. 3).
En un trabajo posterior estudiamos el efecto de la castraci贸n de los machos sobre el dimorfismo craneano de las ratas, y observamos que este procedimiento produc铆a una inhibici贸n semejante al efecto de la desnutrici贸n (Fig. 4).
Administramos entonces testosterona la hormona masculina producida por los test铆culos a ratas macho desnutridas y encontramos que se correg铆a la inhibici贸n del dimorfismo producida por la malnutrici贸n. Estos resultados experimentales corroboran la hip贸tesis de que las alteraciones dim贸rficas observadas en los ni帽os de Villa IAPI sean la resultante de una disfunci贸n de las g贸nadas masculinas.
La 煤ltima etapa consisti贸 en estudiar el efecto de otro probable intermediario, la hormona de crecimiento (secretada por la hip贸fisis, gl谩ndula situada debajo del enc茅falo) sobre el dimorfismo producido por la malnutrici贸n. Comparamos ratas normales y desnutridas, machos y hembras, con administraci贸n de hormona de crecimiento y sin ella, y hallamos que, mientras el dimorfismo en normales no fue influido por la hormona, esta lo restituy贸 a sus valores normales en los animales desnutridos (Fig. 5).
Concluimos que, si bien la disfunci贸n gonadal masculina es responsable directa de la inhibici贸n del dimorfismo craneano producida por la desnutrici贸n, su efecto est谩 relacionado con la actividad de la hip贸fisis. El tema que hemos abordado no est谩 de ninguna manera agotado. En primer lugar, debe tenerse en cuenta que no s贸lo las carencias cal贸ricoproteicas afectan el crecimiento; deficiencias en elementos como calcio, zinc y f贸sforo y aun de algunas vitaminas pueden inhibir el desarrollo ps铆quico y corporal (v茅ase CIENCIA HOY, 3:14,1991).
En segundo lugar, existen factores socioculturales ligados a un tratamiento discriminatorio de los sexos que, por favorecer primordialmente a los varones en etapas tempranas de su crecimiento, tambi茅n conducen a una alteraci贸n del dimorfismo sexual. De todos modos, la evidencia experimental permite arriesgar una generalizaci贸n acerca de la din谩mica del dimorfismo sexual: si un hecho observado en el ser humano es experimentalmente corroborado en otro mam铆fero, existe funda颅mento biol贸gico para inferir la existencia de un modelo general de comportamiento v谩lido para todos los seres de, por lo menos, el mismo nivel taxon贸mico.