Inicio Volumen 31 Número 184 En torno a bestiarios

En torno a bestiarios

Cuando el hombre de la Edad Media se pregunta qué es la naturaleza, tiene los ojos velados por antiguas imágenes y contra ellas ha de luchar para lograr un claro conocimiento del microcosmos –él mismo– y del macrocosmos, el mundo que lo rodea. Fue una larga búsqueda. Y los caminos, muchos. Viajó por rutas difíciles y experimentó en probetas de alquimista. La evidencia no siempre bastó. Nos encontramos así con humanidades extrañas y faunas peculiares. Las vemos aparecer tanto en las obras de quienes refunden, transcriben o traducen las imagines mundi como en las del viajero que se aventura por caminos desconocidos. La lista de esos monstruos se repite en ellas y fija un repertorio que pierde lo asombroso en la repetición. Unas veces son seres en quienes se mezclan rasgos animales y humanos; otras, en cambio, gentes a las que se concede peculiaridad física y, a veces, fisiológica, una deformación o la ausencia de un miembro.

¿DE QUÉ SE TRATA?
El artículo refleja cómo la iconografía animal que aparece en los bestiarios (los libros de las bestias) medievales se expresa en la obra de los tallistas que decoraron iglesias románicas (en este caso Saint Pierre...

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Doctora en historia, UBA y Université d’Aix en Provence, Francia. Investigadora superior del Conicet. Académica de número, Academia Nacional de la Historia. Profesora titular de Historia Medieval, UBA.