La Datación Absoluta del Arte Rupestre

Estudio pluridisciplinario orientado a aplicar en la Argentina la técnica AMS para datar pinturas rupestres, que viene usándose con éxito en Europa, los Estados Unidos y Australia, pero que no registraba antecedentes locales.

Figura zooatropomorfa pintada en color blanco, Cueva de la Calendaria, Catamarca. Probablemente sea la representación de un shamán transformado en jaguar durante el trance.
Figura zooatropomorfa pintada en color blanco, Cueva de la Calendaria, Catamarca. Probablemente sea la representación de un shamán transformado en jaguar durante el trance.

Desde mayo de 1994, un grupo de trabajo dirigido por las autoras y por Jorge Fernández NieIlo, del laboratorio TANDAR (CNEA), e integrado por arqueólogos y físicos, lleva a cabo un estudio pluridisciplinario orientado a apicar en la Argentina la técnica AMS para datar pinturas rupestres, que viene usándose con éxito en Europa, los Estados Unidos y Australia, pero que, hasta el momento, no registraba antecedentes locales. La espectrometría de masas realizada mediante el uso de aceleradores de iones pesados (o accelerator mass spectrometry, AMS) fue desarrollada en los últimos años; entre otras aplicaciones, ha dado un nuevo impulso a las dataciones por carbono radiactivo, que se vale del isótopo de carbono de peso molecular 14, o carbono 14 (C14). Su ventaja sobre el procedimiento tradicional basado en C14 es que permite mejorar la precisión y reducir la cantidad de material que se requiere para el análisis. Cada vez más, es considerada la mejor alternativa para superar una de las mayores limitaciones de la investigación del arte rupestre: la carencia de una técnica confiable y no destructiva para datar las representaciones, es decir ubicarlas temporalmente y relacionarlas con otros restos culturales.

Antropomorfo pintado, Cueva Colmallo I, Río Negro.
Antropomorfo pintado, Cueva Colmallo I, Río Negro.

La datación de arte rupestre por AMS requiere determinar el C14 contenido en la materia orgánica presente, como pigmento o como diluyente, en los materiales con que se realizaron las pinturas; o el que se encuentra en la superfcie de la roca que les sirvió de base; o aquel que forma parte de las pátinas y concreciones que los procesos atmosféricos formaron encima de ellas. Para determinar la antigüedad de pinturas, tanto arqueólogos como historiadores del arte apelan a versos métodos, que generalmente combinan la datación relativa y la absoluta. Los más tradicionales consisten en ordenar temporalmente un conjunto de representaciones en forma relativa entre ellas, es decir establecer la ubicación de cada una en una secuencia cronológica. Las técnicas más usadas para confeccionar esa cronología relativa son los análisis icono-gráficos o temáticos, las series estilísticas efectuadas sobre la base de morfología, cromatismo y procedimiento de realización, el estudio de las superposiciones entre motivos y la determinación de gradientes de patinación o deterioro, por diferencias regulares de textura y coloración. Con tales enfoques, sólo se puede concluir que una imagen fue realizada antes o después de otra u otras.

La posibilidad de contar con la ubicación cronológica más o menos exacta de aquellos sucesos o períodos que constituyen los hitos de una secuencia -con relación al presente o cualquier otro momento que se desee tomar, como el comienzo de la era cristiana- requiere aplicar algún método que proporcione una datación absoluta. Tales métodos se basan en fenómenos naturales, como el decaimiento del C14, cuyo ritmo de cambio es constante y medible por procedimientes físico-químicos. La datación absoluta es un féchado directo del resto que se somete a análisis; y proporciona, también, féchados indirectos de restos asociados o en contacto con aquel.

Conjunto de figuras pintadas en color blanco en la Cueva de la Calendaria, Catamarca. Se observa la imagen de un jaguar, con sus fauces abiertas, su lengua afuera y un largo collar al cuello. Abajo, una hilera de figuras humanas, que conforman una escena de baile, y un grupo de suris. En la parte superior izquierda, un pequeño sujeto con tocado y objetos en sus manos.
Conjunto de figuras pintadas en color blanco en la Cueva de la Calendaria, Catamarca. Se observa la imagen de un jaguar, con sus fauces abiertas, su lengua afuera y un largo collar al cuello. Abajo, una hilera de figuras humanas, que conforman una escena de baile, y un grupo de suris. En la parte superior izquierda, un pequeño sujeto con tocado y objetos en sus manos.

El más usado de los métodos de cronología absoluta es el radio-carbónico, que consiste en medir el C14 remanente en materiales de origen orgánico. Los seres vivos poseen ese isótopo de carbono en una proporción determinada por su intercambio con la atmósfera, donde se forma por acción de los rayos cósmicos; pero al morir y cesar ese intercambio, el C14 comienza a decaer a un ritmo tal que se reduce a la mitad en 5600 años (período llamado de semivida de la substancia radiactiva). La técnica tradicional para obtener fechados absolutos por C14 no es aplicable al arte rupestre, pues la cantidad de material necesaria para el procedimiento (entre 2g y 5g, aproximadamente el contenido de una cuchara de té) implicaría la destrucción de las representaciones.

En cambio, esa técnica es muy usada para fechar restos de carbón vegetal, que, por asociación, permiten asignar una edad equiparable a los restos culturales depositados en los mismos estratos de las excavaciones. Si entre esos restos hay piezas decoradas con imágenes comparables a las del arte rupestre, se convierten en importantes indicadores cronológicos, en tanto se encuentren estratificadas en la excavación. Con mayor prudencia pueden considerarse las relaciones entre los colores del arte rupestre y los pigmentos encontrados en los pisos de los sitios. En algunos casos excepcionales, como hallar bloques desmoronados con pinturas rupestres que estuviesen cubiertos porsedimentes viables de ser fechados por C14, se puede tener una cronología indirecta semiabsoluta del arte, esto es, saber antes o después de qué fecha fueron realizadas las representaciones.

Pinturas blancas de serpientes y otros animales, abrigo Campo de la s Piedras, Catamarca.
Pinturas blancas de serpientes y otros animales, abrigo Campo de la s Piedras, Catamarca.

Sólo la medición por AMS del C14 contenido en las pinturas (véase “AMS, o cómo encontrar una aguja en un pajar”, CIENCIA HOY 25:36-45, 994), que requiere una mínima muestra (I mg de carbono es suficiente, es decir el equivalente a una cabeza de alfiler), permite obtener una datación absoluta y directa de arte rupestre, sin ocasionar su destrucción.

Para establecer con exactitud de dónde proviene el carbono que se está datando, resulta imprescindible combinar los métodos físicos con los análisis químicos. Las pinturas rupestres están formadas por dos tipos de elementos: los colorantes y los vehículos o ligontes. Los primeros suelen ser pigmentos minerales, generalmente inorgánicos, aunque también se emplearon, a veces, substancias de origen orgánico, como -para lograr el negro- el carbón vegetal procedente de fogones, que se usó tanto para realizar composiciones de ese color como para modificar el de otros pigmentos. También se utilizaban ciertas tinturas vegetales para obtener colores específicos. Por su parte, los vehículos o diluyentes solían ser substancias orgánicas, principalmente lípidos, proteínas, hidratos de carbono y resinas, que cumplieron el papel de aglutinante y facilitaron la adherencia de la pintura a la roca. Para poder afirmar que una fecha absoluta, establecida por los métodos señalados, indica la edad de una obra rupestre, es necesario determinar que el carbono analizado formó parte de los materiales con los que se la realizó, ya sea como pigmento o como ligante. Puede suceder que exista carbono tanto en la roca soporte sobre la que se pintó como en los minerales que se depositaron sobre las pinturas después de su realización. En ambas situaciones, hay riesgo de contaminación, por lo que es importante tomar precauciones extremas a la hora de sacar las muestras. Si estas condiciones pueden ser bien controladas, la datación por AMS permite, entonces, efectuar un fechado directo de la pintura e indirecto del soporte y de las coberturas.

Pequeñas pintuas, realizadas en negro, de camélidos y humanos, abrigo Campo de las Piedras.
Pequeñas pintuas, realizadas en negro, de camélidos y humanos, abrigo Campo de las Piedras.

Las primeras aplicaciones de la técnica de AMS se conocieron a finales de los años ochenta, pero el mayor impulso de las investigaciones sobre el tema se produjo ya entrada la década actual. En sitios arqueológicos de Namibia se dataron por primera vez restos de carbón que integraban un pigmento negro. Paralelamente, en Australia, se indagó la posibilidad de fechar material orgánico contenido en el medio ligante de pinturas. El uso de sangre humana y su simbolismo en ritos de iniciación masculina, conocidos por la literatura etnográfica, dieron una pista a investigadores que, por medio de análisis químicos, pudieron detectar la presencia de tal sangre en pictografías de dos sitios australianos, cuyas proteínas fueron fechadas por AMS.

Los fechados absolutos directos más precisos de arte rupestre son los efectuados con carbono que provenga del diluyente, pues indicarían el momento de realización de la mezcla; pero no siempre es posible aislar e identificar el compuesto que contiene carbono (o substancia orgánica), la cual obliga a tomar precauciones antes de asignar una fecha. Un equipo de investigadores norteamericanos desarrolló una técnica de separación del componente orgánico, cuya aplicación permitió obtener fechados consistentes para pictografías de la región de Lewer Peces, en el sudoeste de Texas. En Europa, en cambio, se prefirió la vía de analizar el carbón contenido en pigmentos negros, que, hasta el momento, parece haber rendido les fechados más seguros.

Motivos geométricos pintados, cueva Alonso I, Río Negro.
Motivos geométricos pintados, cueva Alonso I, Río Negro.

En 1990 se publicaron las primeras fechas radiocarbónicas del arte paleolítico europeo. Correspondían a la cueva de Cougnac, en la región francesa de Quercy, y permitieron rectificar cronologías anteriores. Los pigmentos negros resultaron tener una antigüedad de 14.300 años, lo cual significó que algunas pinturas eran del período magdaleniense medio, es decir más recientes de lo que se creía.
En 1992, se dieron a conocer varios fechados absolutos que ratificaron las estimaciones hechas por análisis estilísticos, entre ellos el de uno de los sitios con arte rupestre más conocidos de Europa, la cueva de Altamira. También en la cueva cantábrica del Castillo y en la pirenaica francesa de Niaux, los fechados de pigmentos con que fueron pintados bisontes negros confirmaron su edad, calculada entre 14.000 y 1 3.000 años.

Sobre la costa mediterránea francesa, cerca de Marsella, se encuentra el sitio con arte paleolítico hasta el momento mejor datado, la cueva de Cosquer. Pese a ser de difícil acceso, pues su entrada está actualmente por debajo del nivel del mar se tomaron gran cantidad de muestras de carbón, tanto de unas manos en negativo y de representaciones de animales dibujados en paredes, como del piso. Por medio de AMS se pudieron confirmar las dos fases de ocupación que sugenian los estudios estilísticos: una, entre 30.000 y 25.000 años atrás, y otra, entre 20.000 y 15.000 años.

En Australia también se intentó fechar el carbón del pigmento negro; se trabajó con material proveniente de imágenes rupestres de canguros, encentradas en sitios de la región de Sydney Los resultados fueron algo problemáticos, pues dos fechados de diferentes partes de un mismo motivo dieron dos resultados muy dispares, de casi 30.000 y 6000 años atrás, respectivamente. Ello advierte sobre las dificultades asociadas con establecer la verdadera edad del arte rupestre, y sobre la necesidad de someter las muestras a tratamientos químicos previos al proceso de fechado, para descartar substancias orgánicas provenientes de otras fuentes, como filtraciones, vegetales o microorganismos implantados sobre las pinturas, cuya presencia conduzca a determinar fechas erróneas. Como consecuencia, se comenzaron a investigar numerosos casos en les que pinturas rupestres aparecen cubiertas por incrustaciones y pátinas superficiales, las que suelen contener material orgánico del tipo de oxalatos de calcio, algas y otras partículas carbonosas, que también puede ser datado por AMS y proporciona fechas indirectas para el arte.

El primer intente de obtener fechados absolutos para sitios argentinos con arte rupestre es el que se comenta al comienzo de este articulo. En una primera etapa, el proyecto tuvo, paralelamente, el propósito de aplicar la técnica de AMS en un laboratorio del país, para lo cual se utilizó el acelerador de iones pesados del TANDAR, de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Hasta el momento se han tomado muestras de pinturas rupestres de sitios arqueológicos de las provincias de Catamarca, Buenos Aires y Río Negro, cuyo estudio integral se efectúa en el marco de proyectos del CONICET. En la primera de esas provincias. las investigaciones se llevan a cabo en una zona ubicada en el extremo sudeste de la sierra de Ancasti, uno de los centros con arte rupestre más importantes del noroeste argentino. El valor arqueológico del área no sólo se debe a la elevada concentración de sitios, sino a la riqueza y complejidad iconográficas de estos. Los paralelismos estilísticos establecidos entre las representaciones rupestres y otras -que aparecen en la cerámica, la metalurgia y la escultura lítica-, que se consideran muy confiables, han permitido atribuir gran parte de las pictografías de la zona al llamado período de integración, entre los siglos IV y IX de esta era, también conocido como de la cultura de la Aguada(véase “Entre pirámides y jaguares”, CIENCIA HOY 8:1 8-25,1990). Hasta el momento, se han tomado once muestras de pinturas procedentes de dos sitios, la cueva de la Candelaria y el abrigo Campo de las Piedras.

Los sitios de Buenos Aires se encuentran en el partido de Lobería, en lomadas bajas en el sudeste de la sierra Larga, donde, en promontorios de cuarcita, existen siete aleros, dos de los cuales fueron excavados, hacia mediados de la década de los ochenta, por Gladys Ceresole y Leonor Slavsky. El arte rupestre es poco común en la región bonaerense, por lo que el paraje de Lobería resulta un lugar destacado en el registro arqueológico. Los fechados radiocarbónicos realizados con carbón de fogones indican que estuvo poblado, por le menos, desde hace 4000 años y hasta el siglo XVI. Lo habitaban miembros de sociedades de cazadores-recolectores. En tres de los aleros hay arte rupestre, cuyos rasgos estilísticos hacen suponer que data de tiempos más o menos recientes, probablemente coincidentes con las últimas ocupaciones indígenas de la zona.

Relevamientos del sudoeste de Río Negro han posibilitado detectar 67 sitios arqueológicos ubicados, mayoritariamente, en ambiente estepa-rio; de ellos, en 37 hay arte rupestre. Hasta el momento se han obtenido 48 muestras de pinturas de cinco sitios. La zona estuvo habitada por sociedades indígenas desde hace aproximadamente 3000 años y hasta finales del siglo pasado, cuando los descendientes de esos primeros pobladores perdieron el control efectivo del territorio. La costumbre de grabar y pintar superficies rocosas tuvo importancia primordial desde los comienzos de la ocupación por parte de cazadores-recolectores, y se mantuvo hasta después de la conquista española, como lo atestiguan representaciones de jinetes. Las relaciones que se pueden encontrar entre las ocupaciones -cuya antigüedad se estableció mediante fechados radiocarbónicos tradicionales de restos excavados-, los motivos rupestres (rastros de animales o formas geométricas) y aquellos que se encuentran en las vestimentas de cuero o en los tejidos han posibilitado una primera datación relativa del arte parietal (véase “Arte rupestre de la Patagonia. Las imágenes de la continuidad”, CIENCIA Hoy, 17:26-36,1992).
Las muestras de pinturas tomadas en el marco de estas investigaciones no han podido ser procesadas en el país. Fueron enviadas a laboratorios especializados en Inglaterra y Australia, donde están siendo analizadas. Para algunas, se determinó antes su composición mineralógica, en el INTI. Fueron tomadas en diversos viajes a los sitios, de los cuales participaron, entre otros, Robert Hedges, del Research Laboratory for Archaeology, de la universidad de Oxford, y Alicia Seldes, del departamento de Química Orgánica (FCEyN, UBA). La datación absoluta de pinturas rupestres plantea desafíos a la física, la química y la arqueologíá, que alcanzan a los criterios de muestreo, las fuentes de contaminación y las relaciones que habitualmente se establecen entre el arte rupestre y los fechados absolutos de restos estratificados.

Los métodos más avanzados de datación absoluta, como el AMS, están permitiendo, en todo el mundo, sacar al fechado del arte rupestre del plano hipotético en el cual inevitablemente se encontraba. Avanzar en esta línea de trabajo y profundizarla hasta obtener resultados confiables abrirá, también, excelentes respectivas para la arqueología argentina.

El trabajo constituye una tarea colaborativa del Museo Etnográfico y del laboratorio TANDAR, y cuenta con subsidios de la Fundación Antorchas.
El grupo de físicos incluye a D. Abriola, D.E. ÁIvarez, O.A. Capurro, M. Di Tada, A. Etchegoyen, J.O. Fernández Niello, A.M. J. Ferrero, G.V Martí, A.J. Pacheco y J.E. Testoni. Las fotos corresponden a los archivos de las autoras, quienes aprovechan para agradecer el apoyo recibido de todas las instituciones nombradas.

Lecturas Sugeridas

CLOTTES, J., COURTIN, J. & VALLADAS, H., 1992 “A well-dated paleolitic cave : the Cosque cave at Marseille”, Rock Art Research, 9,2:122-129.

LORBLANCHET, M., LABEAU, M., VERNET, J.L., FITTE, P. & VALLADAS, H, 1990, “Paleolithic pigments in the Quercy, France”, Rock Art Research, 7,1:4-20.

LOY, T.H., JONES, R., NELSON, DE., MEEHAN B., VOGEL, J., SOUTHON j. & COSGROVE, R., 1990. “Accelerator radiocarbon dating of human blood proteins in pigments form Late Pleistocene arts site in Australia”, Antiquity, 64:110-16.

MC DONALD, J., OFFICER, K., JULL, T., DONAHUE, D., HEAD, J. & FORD, B., 1990, “Investigating C14 AMS: dating prehistoric rock art in the Sydney sandstone basin, Australia”, Rock Art Research, 7, 2:83-92.

RUSS, J., HAYMAN, M., SHAFER, H. & ROWE, M., 1990, “Radiocarbon dating of pnehistoric rock paintings by selective oxidation of organic carbon”, Nature,348, 6303:710-II.

VALLADAS, H., CACHIER, H., MAURICE, P., BERNALDO DE QUIRÓS, F., CLOTTES, J., CABRERA VALDÉS, V, UZQUIANO, R & ARNOLD, M., 1992, “Direct radiocarbon dates for prehistoric paintings at the Altamira, el Castillo and Niaux caves”, Nature, 357:68-70.

VAN DER MERWE, N.J., SEALY J. & YATES, R, 1987, “First accelerator carbon- 4 date from a rock painting”. Soutn African Journal of Science 83:56-7.

WATCHMAN, A, 1990, “A summary of occurnences of axalate rich crusts in Australia”, Rock Art Reseorch, 7,1:44-50.

WATCHMAN, A, 1993, “Perspectives and potentials for absolute dating prehistoric rock paintings”, Antiquity, 67:58-65.0.

María Teresa Boschín

María Teresa Boschín

Museo Etnográfico, UBA.

Ana María Llamazares

Ana María Llamazares

Museo Etnográfico, UBA.
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