Los 33 Momentos Felices de un Investigador Argentino

Lin Yutang, que según distintas opiniones pasa por haber sido un ensayista con vuelo filosófico que popularizó en Occidente la sabiduria oriental o ese chino charlatán vendido a los Estados Unidos, reproduce en La importancia de vivir un texto de Chin Shengt’an, un personaje del siglo XVIII que encerró en el arbitrario (o simbólico, segun se lo mire) número treinta y tres, la cantidad de sus momentos felices.

HUMOR

Algunos de los momentos podrían ser considerados triviales (Por ejemplo, Haber pagado todas las deudas. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad? -transcribo la edición castellana de Sudamericana, 1954, pp. 159-164 ), otros sublimes (Escuchar a nuestros hijos que recitan los clásicos tan de corrido, como el sonido del agua que se vierte en una jarra. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?.), otros, simplemente, grotescos (Mantener tres o cuatro manchas de eczema en una parte privada de mi cuerpo, y quemarlas o bañarlas de vez en cuando con agua caliente tras puertas cerradas. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?.).

Esto, y la discusión médica medieval sobre las edades del hombre (para Hipócrates eran 7, para Constantino sólo 4), me llevó a pretender enumerar algunos momentos felices característicos de la carrera de un investigador nativo típico. El lector podrá, sin duda, quitar o agregar a mi imperfecta lista aquellos instantes en los que crea haber alcanzado lo que, para Aristóteles, sería el fin de la humana existencia: la dorada, evasiva ilusión de la felicidad.

Los 10 momentos felices del becario interno
1. Haber sacado la beca con un proyecto que escribiste el fin de semana previo a la deadline. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
2. Enterarte de que ese cretino que se pasó la carrera consiguiendo mejores notas que vos en los exámenes y pasando por genio, no se la sacó. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
3. Encontrar que se suspendió el seminario programado para el viernes a la 5 de la tarde el día del recital de los Stones. Ah!, ¿no es esto felicidad?
4. Haber publicado el primer paper, aunque haya sido en los Anales Científico-Culturales de la Sociedad de Fomento “Amanecer”. Ah!, ¿no es esto felicidad?
5. Cobrar el día 5 del mes, para romper la racha del 12 al 15. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
6. Llegar una mañana al laboratorio y encontrar que, al menos por una vez en la vida, a la jefa se le ocurrió hacer el café ella misma. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
7. Ver cómo se le contaminaron los cultivos de células a ese degenerado que no te quiso prestar la droga que necesitabas. iAh!, ¿no es esto felicidad?
8. Aparecer citado en Science en un artículo escrito por el archienemigo de tu jefe. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
9. Enterarte de que el que se cambió de instituto porque quería trabajar “a nivel molecular” terminó lavando tubos. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
10. Descubrir que tu jefe dibuja “un poquito” los resultados. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?

Los 10 momentos felices del becario externo
1. Que te hayan aceptado en el laboratorio en el que no pudo entrar la rubiecita que se te coló como coautora en un trabajo en el que no hizo más que corregir el inglés. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
2. Sentir el aroma del sello de la visa. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
3. Descubrir que allá te podés comprar un coche de hace dos años con lo que acá no te alcanza ni para un ciclomotor. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
4. Leer la edición semanal del Clarín muy tranquilo en los cómodos sillones de la biblioteca de tu universidad mientras pensás que estarán haciendo los pobres desgraciados del laboratorio allá abajo. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
5. Que te salga el experimento que al japonés que se las sabe todas, después de haberse pasado tres meses probando, no le salió. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
6. Ver como el otro argentino del laboratorio, el que se quería quedar a toda costa, fue metido por los yanquis en el avión sin más trámite, por esas cosas de la J-I que uno nunca sabe. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
7. Ir a comer comida china con el ex jefe de tu jefa en la Argentina y que te cuente con lujo de detalles las gansadas que esta hacía cuando era becaria. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
8. Recibir una oferta de contrato con 3000 dólares de sueldo, tenure track y gastos de traslado para la familia pagos. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
9. Escuchar que te digan que tu inglés es muy bueno, aunque sepas que un perro pronuncia mejor que vos. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
10. Ver caer la nieve en Navidad y pensar en todas las Nochebuenas que tuviste que pasar en casa de tu suegra, con 35° de calor tu cuñado contando chistes de gallegos y vos arreglando el cortocircuito de las luces del arbolito. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?

Los 5 momentos felices del investigador de carrera (categoría asistente/adjunto)
1. Encontrar que cuando vas a cobrar el primer sueldo de carrera la plata está en el banco. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
2. Encontrarte en la calle con el que laburaba en uno de esos temas con los que podés publicar cinco papers por año y enterarte de que no entró a carrera porque su jefe le había afanado unos resultados a uno de la comisión, allá por los sesenta. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
3. Recibir la carta con el We are pleased to tell you…. después de cuatro I must tell you with regret… al hilo. ¡Ah!. ¿no es esto felicidad?
4. Publicar en un journal en el que tu jefe no publica, publicó, ni podrá publicar ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
5. Terminar de instalar el equipo que te compraste con la primera cuota del primer subsidio, ver que funciona y saber que el idiota del laboratorio de al lado, ese que nunca saluda, no va a tener más remedio que pedirte permiso para usarlo. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?

Los 5 momentos felices del investigador de carrera (categoría independiente)
1. Llenar el primer informe de carrera y darte cuenta de que, por primera vez en tu vida, tu supervivencia no depende de los malditos fomularios de evaluación. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
2. Averiguar que al tipo que salió del Consejo y pasó a Universidad con una exclusiva para cobrar “el premio” y así ganar dos veces más de lo que vos, pobre desgraciado, ganás, le dieron dos categorías más bajas de lo que esperaba. ¡Ah!. ¿no es esto felicidad?
3. Conseguirte una pasantía de dos semanas en un laboratorio en París, alojamiento incluido, para aprender una técnica que ya conocés. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
4. LLenar el ya citado formulario de evaluación de tu primer becario y pensar cinco minutos, con la mirada perdida, cuanto le vas a poner en “creatividad”. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
5. Levantarte a la mañana y encontrar que el Consejo sigue existiendo, a pesar de lo que digan los agoreros de la desgracia ajena. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?

Los 2 momentos felices del investigador de carrera (categoría principal)
1. Recibir la noticia de que este año no tenés que ocuparte de los alumnos, porque cambiaron de lugar la materia en el plan de estudios. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?
2. Enterarte de que el cerdo aquel que trabaja en tu mismo tema en CalTech y publica cuatro veces más que vos, perdió todos los subsidios de la universidad porque lo acusaron de sexual harassment. ¡Ah!, ¿no es esto felicidad?

El momento feliz del investigador de carrera (categoría superior)
Llegar a categoría superior cinco años antes de la jubilación. ¡Ah!. ¿no es esto felicidad?

Miguel de Asúa

Miguel de Asúa

Doctor en medicina, UBA. PhD en historia, University of Notre Dame. Profesor titular, Universidad Nacional de San Martín. Investigador principal del Conicet.

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