Durante el último siglo, el desarrollo de nuevos fármacos y nuevas formulaciones de drogas ya existentes ha contribuido notablemente al progreso en el tratamiento de diversas enfermedades. Sin embargo, el desarrollo de productos farmacéuticos eficaces y seguros sigue siendo un desafío pendiente. En primer lugar, muchos de los fármacos empleados son poco solubles en agua; esto dificulta la formulación del medicamento (es decir, la combinación de sustancias químicas, incluido el principio activo, que constituyen el medicamento final que se va a administrar) y disminuye la efectividad terapéutica de la droga, debido a la imposibilidad de acceder al sitio de acción en una dosis apropiada. A su vez, el fármaco puede circular a la mayoría de los tejidos del cuerpo, acumulándose en áreas no específicas, por lo que siempre hay efectos secundarios indeseables asociados. En este sentido, los fármacos de bajo peso molecular sufren una serie de rea...
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