Comportamiento reproductivo del lobo marino sudamericano

La influencia de las variaciones ecológicas sobre los sistemas reproductivos modelan las características de las estrategias reproductivas en los pinnípedos. El lobo marino sudamericano es un ejemplo de ello, presentando un comportamiento reproductivo plástico que se manifiesta en que sus estrategias de apareamiento son variables.

Los pinnípedos constituyen un grupo de mamíferos marinos. En la evolución de los lobos sudamericanos, son varios los factores que modelaran sus comportamientos reproductivos y las diferencias entre los sexos que podemos observar en la naturaleza. Una d e las principales características es la capacidad de desarrollar un comportamiento reproductivo plástico y cambiante.

Figura 1. Hembra y macho de lobo marino sudamericano adultos en los que puede observarse el dimorfismo sexual.
Figura 1. Hembra y macho de lobo marino sudamericano adultos en los que puede
observarse el dimorfismo sexual.

Los sistemas de apareamiento pueden considerarse como la expresión del comportamiento reproductivo de un animal, y cómo a través de estos un individuo puede optimizar su éxito reproductivo (tener el máximo número de descendientes posibles).

La teoría acerca de cómo se estructuran los sistemas de apareamiento se ha enriquecido mucho en las últimas dos décadas de investigación en comportamiento animal. Una aproximación interesante para comprender estos sistemas en pinnípedos (lobos marinos, focas y morsas) consiste en examinar la relación existente entre la selección sexual (ver el recuadro “Selección sexual”) y los factores ecológicos involucrados en la determinación de dichos sistemas (topografía, clima, variables oceanográficas, disponibilidad de alimento, etc.).

Los pinnípedos conforman un grupo de mamíferos que, debido a la existencia de una gran variación en las estrategias reproductivas desarrolladas, y a la diversidad de hábitats y climas que utilizan para reproducirse (desde los polos al ecuador), nos brindan una óptima oportunidad para estudiar la influencia de las variaciones ecológicas sobre los sistemas reproductivos. Se considera que los lobos y leones marinos, las focas y las morsas evolucionaron a partir de ancestros terrestres carnívoros (ver el recuadro “Evolución”) y su naturaleza anfibia requirió de numerosas adaptaciones (ya sea al entorno marino o en zonas costeras, islas e islotes o hielo). En el transcurso de su evolución retuvieron determinadas características terrestres, siendo la más importante el hecho que deben parir a sus crías en tierra. Las 34 especies actuales que constituyen al grupo poseen importantes adaptaciones fisiológicas, morfológicas y comportamentales a la vida marina, pues se alimentan en el mar de peces, invertebrados y en algunos casos hasta de otros mamíferos marinos, como ocurre con la foca leopardo antártica. Tienen la capacidad de permanecer durante prolongados períodos tanto en tierra como en el mar: los machos de algunas especies pueden pasar hasta dos meses en tierra durante las temporadas de reproducción, también existen algunas especies que pasan hasta varios meses alimentándose en el mar sin regresar a tierra.

Luis Cappozzo

Luis Cappozzo

Estación Hidrobiológica de Puerto Quequén, Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” – CONICET

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