“El rasgo más importante de la educación superior en la Argentina, que al mismo tiempo constituye su principal problema, es que su calidad, en promedio, es demasiado baja”, sostuvo Daniel Levy en una entrevista con editores de Ciencia Hoy. Pero también reconoció que la universidad argentina, curiosamente, tiene una forma oficial y otra real de funcionamiento, y que ambas son muy distintas. La primera pertenece en alguna medida al reino del mito y la segunda al de la vida cotidiana, en la que estaría operando con alguna eficiencia un darwinismo de mercado por el que los estudiantes se las ingenian para superar muchos defectos del sistema.
El doctor Levy, Distinguished Professor de la State University of New York en Albany, pasó una temporada en la Argentina como consultor del Fomec, a cuyas autoridades Ciencia Hoy agradece la oportunidad de haber podido entrevistarlo. Es autor, entre otros trabajos, de Higher Education and the State in Latin America (The University of Chicago Press, 1986), del cual Guillermo O’Donnell sostuvo que llenó un vacío importante en los estudios latinoamericanos: el de las investigaciones comparativas serias sobre educación superior. Ciencia Hoy se interesó por sus ideas tan precisas como seguramente polémicas– acerca de la universidad en la Argentina.
Para orientar al lector, doctor Levy, ¿cuál es su disciplina académica original?
Ciencias políticas. Terminada mi formación, y en parte por casualidad, comencé a trabajar sobre las políticas gubernamentales en materia universitaria de los países que, en los Estados Unidos por lo menos, acostumbramos denominar latinoamericanos. Una de las primeras cosas que me llamaron la atención es que, en esos países, muy a menudo la calidad de la investigación sobre educación suele ser más bien modesta, de modo que posiblemente haya allí un espacio para los que venimos de disciplinas distintas de las ciencias de la educación, para realizar una tarea que tenga algún sentido y resulte de utilidad a quienes deban tomar las decisiones de política pública. Esto fue lo que hizo que me acercara al sector, sumado al hecho de que tenía interés en los asuntos internacionales y me atraía la región.
¿Con las universidades de qué país adquirió una experiencia más directa?
Al principio, con las de México; conozco ese país más que los otros, pues he vivido más tiempo en él. También adquirí cierta familiaridad con Chile y, en los últimos años, vine varias veces a la Argentina, pues me embarqué en estudios cuyos resultados intentan proporcionar un panorama regional. Obviamente, uno no puede conocer en profundidad todas las sociedades, pero es posible realizar investigaciones de campo, de primera mano,en algunas y sacar conclusiones sobre las demás apoyándose en las investigaciones de otros.
Hablando de trabajos de campo, en la Argentina, ¿cómo estamos de información descriptiva básica acerca de la educación superior, estadística o de otra índole?
