Un Manuscrito de Einstein en el Brasil

En 1925 Eistein visitó en un viaje la Argentina, el Uruguay y el Brasil. En este último país entregó un manuscreito con el contenido de su charla a la Academia Brasileña de Ciencias. Este manuscrito recientemente recuperado, un documento de su viaje y un recuadro sobre su visita a nuestro país reflejan el momento histórico de este acontecimiento.

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Un importante documento escrito por Albert Einstein en 1925, en Brasil, y no incluido en las bibliografías existentes del gran científico, fue recientemente localizado en Río de Janeiro. Se trata del texto original de una comunicación realizada por Einstein a la Academia Brasileña de Ciencia (ABC), durante su visita al país. Con fecha 7 de mayo de 1925 y firmado por Einstein el manuscrito en alemán, redescubierto después de siete décadas, lleva por titulo “Bemerkungen zu der gegenwärtigen Lage der Theorie des Lichtes” (Observaciones sobre la situación actual de la teoría de la luz).
Einstein según Portinari

Este documento es el único articulo en el que el científico compara sus ideas sobre el fotón (o quantum de luz) con la teoría que Bohr, Kramers y Slater defendían, en la época, sobre la naturaleza ondulatoria de la radiación luminosa, prescindiendo del concepto de fotón. Un relato del viaje de Einstein a América del Sur, en el primer semestre de 1925, presenta el contexto histórico en el que fue hecha la comunicación. La traducción original se publicó en el primer número de la Revista de la Academia Brasileña de Ciencias, en 1926, pero ni su contenido ni la existencia del manuscrito son conocidos internacionalmente.

El viaje a Sudamérica

La llegada de Einstein a Sudamérica forma parte de una serie de viajes que este realizó en la década del veinte a varios lugares, como Japón, Palestina y Estados Unidos. Es el período que sigue a la súbita fama que el científico adquirió tras el anuncio, en 1919, de los resultados de la expedición científica a Sobral, en Ceará, que confirmaron sus previsiones sobre la deflexión de la luz de las estrellas al pasar por las proximidades del Sol. Gracias al prestigio conquistado, su figura ganó las páginas de los diarios de todo el mundo y sus opiniones científicas, filosóficas, éticas y políticas pasaron a tener gran repercusión en el público.

Una de las motivaciones de Einstein para emprender tales viajes fue su curiosidad por conocer diferentes países y culturas. Y, además de buscar difundir sus teorías tenía un fin político en algunas de esas visitas, como las realizadas a Francia e Inglaterra: intentar aproximar a las comunidades científicas de los distintos países que habían estado en conflicto en la Primera Guerra Mundial, y mostrar que la ciencia, como el arte, podía contribuir a la superación de los nacionalismos. Einstein también estaba comprometido en la causa judía, especialmente en sus objetivos culturales.

El viaje a Sudamérica incluye varios de esos aspectos motivacionales. Einstein dio conferencias científicas en Argentina, Uruguay y Brasil. Visitó instituciones científicas, participó de recepciones organizadas por la comunidad judía y por la comunidad alemana, defendió la paz y la conciliación mundial y habló sobre la necesidad de los judíos de todo el mundo de unirse para apoyar el movimiento de creación de la Universidad Hebrea de Jerusalén. La idea de invitar a Einstein para que viniera a Sudamérica surgió en Argentina, en 1922. Superados los obstáculos y tras varios contactos con Einstein, se creó un pool de instituciones, formado por la Universidad de Buenos Aires, la Asociación Hebraica y la Institución Argentino-Alemana, que organizó y financió el viaje. En Brasil, el rabino lsaiah Raffalovich, al tomar conocimiento de que Einstein viajaría a la Argentina, se contactó con la dirección de la Universidad de Río de Janeiro, que aprobó la sugerencia de hacer una invitación oficial para que el científico visite la ciudad.

Einstein desembarcando en Río de Janeiro
Einstein desembarcando en Río de Janeiro

Einstein dejó Hamburgo el 5 de marzo, en el barco Cap Polonio. El 21 de marzo pasó por Río de Janeiro, donde fue recibido por una comisión integrada por científicos, periodistas y miembros de la comunidad judía. Ese día visitó el Jardín Botánico, almorzó en el hotel Copacabana Palace e hizo el siguiente comentario, por escrito, para un periodista: “El problema que mí mente formuló fue respondido por el luminoso cielo del Brasil”. De regreso hacia el barco, hizo una corta caminata a pie por el centro de la ciudad.

En la Argentina, adonde llegó el 24 de marzo, Einstein permaneció un mes. Dio 12 conferencias, la mayoría sobre la teoría de la relatividad, y participó de muchas recepciones, incluso una organizada por los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aíres. Visitó también las ciudades de La Plata y Córdoba. Discutió con algunos físicos y químicos argentinos aspectos actualizados de la física de la época (sobre los quanta y sobre la relatividad general). El diario La Prensa publicó un artículo especial de Einstein, titulado “Pan-Europa”, donde el científico crítica el nacionalismo y defiende el renacimiento de la comunidad europea y su unificación, por lo menos, en los aspectos culturales.

Primera plana de O Jornal del 21 de marzo de 1925
Primera plana de O Jornal del 21 de marzo de 1925

El 24 de abril de 1925, Einstein dejó Buenos Aíres y llegó a Montevideo. Allí dio tres conferencias en la Facultad de Ingeniería y, como en Argentina, participó de varías recepciones y visitó al presidente de la República. Permaneció una semana en Uruguay, de donde partió el 1 de mayo, rumbo a Río de Janeiro, en el Valdivia.

Einstein desembarcó nuevamente en Río de Janeiro al anochecer del 4 de mayo. Se hospedó en el Hotel Gloria, habitación 400. En los días siguientes recorrió varios puntos turísticos de la ciudad, como el Pan de Azúcar, el Corcovado y el bosque de Tijuca. La admiración por la maravillosa naturaleza tropical y el interés en las diferentes tradiciones culturales fueron actitudes permanentes en Einstein durante su visita. Las anotaciones de su diario hacen referencia a la flora que “supera los sueños de las mil y una noches”, destacan la “deliciosa mezcla étnica de la gente” y comentan la influencia del clima cálido y húmedo en el comportamiento humano. El 6 de mayo, Einstein visitó al presidente de la República, Artur Bernardes, y a algunos ministros de Estado.

Su programa turístico-científico incluyó visitas a diversas instituciones: Museo Nacional (el 7 de mayo), Instituto de Manguinhos (actual Fundación Oswaldo Cruz, el 8 de mayo) y Observatorio Nacional (el 9 de mayo). Visitó también, el 11 de mayo, el Hospital de Alienados. A través de las ondas de Radio Sociedad, creada en 1923, dirigió un breve mensaje en alemán al pueblo brasileño, traducido a continuación por el químico Mário Saraiva. En el mensaje, Einstein habló de la importancia de los medios de comunicación radiofónica para la difusión de la cultura y del conocimiento científico, en tanto fueran utilizados por personas calificadas.

Como ocurrió en otros países, las conferencias de Einstein en Río tuvieron el objetivo de difundir las nuevas ideas para una audiencia académica diversificada. La primera de ellas, sobre la teoría de la relatividad especial, se produjo en el Club de Ingeniería, el 6 de mayo. El auditorio estaba completamente ocupado por profesores, autoridades, periodistas, alumnos. Para muchos, más importante que entender lo que se decía era ver y oír al científico más famoso del mundo. Sobre esa conferencia, Einstein escribió en su diario: “Las 4:00 PM, primera conferencia en el Club de Ingeniería en un auditorio lleno, con ruido de la calle. Las ventanas estaban abiertas. La acústica no permitía oír. Poco científico”. La segunda conferencia, esta vez sobre la teoría de la relatividad general, se dio en la Escuela Politécnica, el 8 de mayo, y los organizadores limitaron el número de asistentes para evitar los inconvenientes de la primera conferencia.

En esa época no había en el Brasil instituciones destinadas a la investigación en física y matemática. Pocos científicos, en general provenientes de las escuelas de ingeniería, se interesaban por las nuevas ideas de la física, y en particular por la teoría de la relatividad. Entre ellos se destacaban Manoel Amoroso Costa y Roberto Marinho de Azevedo, ambos profesores de la Escuela Politécnica y miembros de la ABC, Theodoro Ramos, Lélio Gama, Luiz Freire y el periodista Pontes de Miranda.

Amoroso Costa publicó muchos artículos en diarios y revistas, a partir de 1919, explicando las teorías de Einstein y fue autor de un excelente libro de introducción a la teoría de la relatividad, publicado ya en 1922, pero estaba en Francia durante la visita de Einstein.

Hubo también oponentes a las nuevas ideas: la influencia del positivismo en la cultura brasileña era intensa y de sus huestes provenían las criticas más vigorosas a la relatividad. El principal opositor fue Licínio Cardoso, presidente de la sesión de ciencias físicas y matemáticas de la Academia y catedrático de Mecánica Racional en la Escuela Politécnica.

Antes, durante y después de la estadía de Einstein, los diarios publicaron varios artículos sobre la teoría de la relatividad; algunos contrarios a ella. En la ABC, el debate se extendió por varias sesiones. La disputa surgió tras la publicación de un articulo de Licínio Cardoso, “Relatividad imaginaria”, en O Jornal del 16 de mayo. Varios académicos defendieron las ideas de Einstein y, algunas semanas más tarde, Roberto Marinho de Azevedo presentó el artículo “Respuesta a algunas objeciones hechas aquí contra la Teoría de la Relatividad”.

Einstein dejó Río de Janeiro con destino a Europa el 12 de mayo. Su visita, ampliamente reseñada por la prensa, influenció y dio nuevo aliento a la pequeña y emergente elite académica de Río de Janeiro en su lucha por el establecimiento de la investigación” pura”, como se llamaba a la investigación básica, y para la difusión de las ideas de la física moderna en Brasil. Desde el barco, el científico envió una carta al Comité Nobel, sugiriendo el nombre de Cândido Rondon para el Premio Nobel de la Paz. Aun cuando no se encontró con Rondon personalmente, Einstein quedó muy impresionado con lo que había escuchado acerca de sus actividades “por la integración de las tribus indígenas con el hombre civilizado, sin el uso de armas ni de ningún tipo de coerción”.

LA COMUNICACIÓN A LA ACADEMIA

La recepción en la Academia Brasileña de Ciencias fue el compromiso científico más importante de Einstein durante su visita a Río de Janeiro. La institución, creada en 1916 con el nombre de Sociedad Brasileña de Ciencias, reunía científicos y profesores con el fin de promover las actividades científicas en Brasil. En poco tiempo, la Academia se convirtió en un importante lugar de debates científicos y comenzó a publicar una revista que desempeñó un papel significativo en la ciencia brasileña.

La recepción reunió a más de cien miembros de varías instituciones. La sesión fue abierta por Juliano Moreira, entonces presidente de la ABC, quien habló sobre la influencia de la relatividad en varias áreas de la ciencia. A continuación, Moreira le entregó a Einstein el diploma de Miembro Correspondiente de la ABC. Francisco Lafayette, otro miembro de la Academia, hizo una presentación general de los trabajos científicos de Einstein, mencionando sus primeras investigaciones sobre el movimiento browniano, el efecto fotoeléctrico y las teorías relativistas. Luego, Mário Ramos anunció el premio Albert Einstein, que seria otorgado anualmente al mejor trabajo presentado a la Academia. Por último, Einstein dio una conferencia corta sobre la situación de la teoría de la luz en esa época, expresándose en francés.

Reproducción de la primera pagina del manuscrito original de la comunicación a la ABC
Reproducción de la primera pagina del manuscrito original de la comunicación a la ABC

Significativamente, en lugar de hacer un discurso, Einstein prefirió presentar a la Academia una cuestión científica candente por entonces. Así está registrado en el acta de la sesión: “El profesor Einstein, en agradecimiento a los homenajes que se le ofrecen, en lugar de un discurso, dice, muestra su reconocimiento y su aprecio a la Academia haciendo una rápida comunicación sobre los resultados que se están obteniendo, en Alemania, en los estudios realizados sobre la naturaleza de la luz, comparando la teoría ondulatoria y la de los quanta”. No existen registros de preguntas hechas a Einstein referentes al contenido de su presentación, El mayor interés despertado en las conferencias de Einstein se centró en la teoría de la relatividad.

En su comunicación, Einstein hace un paralelo entre la teoría corpuscular de la luz y la teoría de la radiación propuesta poco antes, en 1924, por Niels Bohr, Hendrik Kramers (en el manuscrito, Einstein escribe Cramers) y John Clarke Slater (teoría BKS). La teoría BKS contrariaba las ideas de Einstein al prescindir de la idea del quantum de luz (fotón) y hacer que la conservación de la energía y la conservación del momento en los fenómenos atómicos tuviesen un carácter meramente estadístico.

Einstein había introducido el concepto de fotón en 1905, al estudiar el fenómeno fotoeléctrico. Mientras él estaba en el Brasil, en Alemania Hans Geiger y Walther Bothe concluían experiencias que vendrían a refutar la suposición de Bohr y sus colegas y a hacer que el concepto propuesto por Einstein fuera definitivamente aceptado. Esa comunicación a ABC llena un vacío en las publicaciones de Einstein, entre noviembre de 1924 y julio de 1925, y parece ser el único artículo de su autoría, publicado en una revista científica, donde hace una comparación directa, aunque genérica, entre la idea de fotón y lo propuesto en la teoría BKS.

Einstein en el Observatorio Nacional
Einstein en el Observatorio Nacional

Los resultados definitivos de los experimentos de Bothe y Geiger fueron publicados recién a mediados de 1925. Se llegaba a la conclusión de que esos resultados eran incompatibles con la interpretación de Bohr, Kramers y Slater, y que “el concepto de quanta de luz poseía más realidad de lo que esta teoría suponía”. Poco después, Arthur Compton y Alfred Simon, mediante experimentos en los que utilizaban otras técnicas, llegaron a conclusiones similares: “[las mediciones] dan sustento a la visión de que la energía y el momento se conservan durante la interacción entre la radiación y los electrones individuales”.

Al tiempo, Bohr aceptaba la prueba experimental de la existencia de los fotones, pero manifestaba la opinión de que la cuestión de las propiedades ondulatoria y corpuscular de la luz era más profunda. Einstein, aunque había recibido esos resultados experimentales como una confirmación de sus expectativas en cuanto a las leyes de conservación y a una estricta causalidad en la descripción física de la naturaleza, sabía también que el problema de la radiación estaba aún lejos de una solución. En 1951, en una carta a su amigo Michele Besso, comentaba: “Los 50 años de meditación consciente no me llevaron más cerca de la respuesta a la cuestión: ¿qué son los quanta de luz? Por supuesto, hoy cualquier sabiondo piensa que sabe la respuesta, pero se está engañando a si mismo”.

Conferencia de Einstein en la Escuela Politécnica
Conferencia de Einstein en la Escuela Politécnica

En esa primera etapa del debate Einstein-Bohr, de la que la comunicación a la ABC forma parte, predominaron las ideas de Einstein sobre la realidad de los quanta de luz, con la confirmación experimental de Bothe y Geiger y de Compton y Simon. Sin embargo, otras etapas -más calientes-, se sucederían en los años siguientes: sobre la cuestión general de la causalidad, del determinismo y del significado de una descripción completa en la teoría cuántica. Esa disputa sería, sin lugar a dudas, el más importante debate científico del siglo XX.

Einstein entregó el manuscrito original de la comunicación a Getúlio das Neves, quien presidía la Comisión de Recepción. Fue escrito en Río de Janeiro: el verso del documento muestra que el papel utilizado era del Hotel Gloria, donde Einstein se había hospedado durante su estadía en la ciudad. La fecha, 7 de mayo, es la misma de la conferencia dada en la ABC. Posiblemente, los miembros de la Academia instaron a Einstein para que el manuscrito de su presentación fuera publicado en la revista de la institución, que se estaba creando. La versión en portugués fue hecha por Roberto Marinho de Azevedo y se convirtió en el primer artículo de la Revista de la Academia Brasileña de Ciencias: fue publicado en el volumen 1, número 1, en las páginas 1 a 3, en 1926.

Getúlio das Neves, quien se quedó con el manuscrito, falleció en 1928. Su archivo fue guardado por su nieto Jorge Getúlio Veiga, quien conservó el documento en su poder hasta tiempos recientes. Pocas semanas después de revelar la existencia del documento y de proporcionar su reproducción a los autores de este artículo, murió Jorge Getúlio. Esta publicación es también un agradecimiento y un tributo a su memoria. Él y muchos otros familiares de científicos y profesores contribuyeron con dedicación y cuidado en la preservación de importantes archivos sobre la historia de la ciencia en el Brasil, a menudo desprotegidos por el poder público.

Traducción al Castellano: CienciaHoy

Lecturas Sugeridas

MOREIRA, I. C. y VIDEIRA, A. A. R, (comps.), 1995, Einstein y Brasil, Editora de la UFRJ.

Alfredo Tiomno Tolmasquim

Alfredo Tiomno Tolmasquim

Museo de Astronomía y Ciencias afines, CNPq
lIdeud de Castro Moreira

lIdeud de Castro Moreira

Instituto de Física, Universidad Federal de Río de Janeiro

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