No solo los meteoritos huelen a azufre

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El azufre es una sustancia de importancia central para la economía del mundo, al punto que su producción y su consumo son indicadores del desarrollo industrial de las naciones. La visión que prevalece sobre su origen es que fue esparcido sobre la corteza de la Tierra, junto con otros elementos, por el último gran bombardeo de asteroides que sufrió el planeta: es la hipótesis del bombardeo tardío, que se apoya en sobrada evidencia.

Recientes investigaciones llevadas a cabo en Francia ponen en cuestión esa hipótesis y sostienen que la mitad o quizá más del azufre del manto terrestre proviene de las entrañas del planeta, como un producto residual de la formación del núcleo. Si dichas investigaciones están en lo cierto, no habrá necesidad de recurrir a una única causa para explicar la presencia de este elemento en la superficie terrestre.

El azufre tiene también gran importancia bioquímica, pues es esencial para los seres vivos. De ahí que la discusión de su origen incluye también la discusión sobre el origen mismo de la vida: si llegó a la Tierra solo como material meteorítico, la vida no pudo haber prosperado en nuestro planeta sin aporte extraterrestre. Pero si el núcleo de la Tierra fue capaz de producir azufre, podemos prescindir de esta hipótesis.

Más información en Dauphas N, 2013, ‘Sulphur from heaven and hell’, Nature, 501, 7466: 175-176 y doi:10.1038/nature12554.

Julio Gervasoni

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