Océanos extraterrestres

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Océanos extraterrestres

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¿Cuál es el origen del agua en nuestro planeta? Este ingrediente clave para el desarrollo de la vida ya se detectó en las atmósferas de algunos exoplanetas gaseosos gigantes (exoplanetas son todos los planetas que existen más allá de nuestro Sistema Solar). Se espera que haya agua en exoplanetas pequeños y rocosos como el nuestro, que estén en zonas habitables de las órbitas estelares, donde la temperatura permita que se mantenga en forma líquida. Pero una cosa es la esperanza de encontrarla y otra la evidencia real.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge parece haber dado un paso en la dirección de la evidencia firme. Usando el telescopio espacial Hubble analizó luz proveniente de una estrella ubicada a 150 años luz de la Tierra, llamada GD61, y encontró en su atmósfera varios elementos que no esperaba hallar, entre ellos un inexplicable exceso de oxígeno. GD61 es una enana blanca, un tipo de estrella que queda luego de la ‘muerte’ de un astro como nuestro Sol. Dentro de unos 5000 millones de años se anticipa que este, tras haber consumido por fusión nuclear el hidrógeno de su núcleo, comience a expandirse y se enfríe su superficie, lo que la tornará rojiza: pasará a ser una estrella gigante roja. El proceso durará unos 600 millones de años y en su transcurso desaparecerían Mercurio, Venus y probablemente la Tierra. Luego el Sol rojo perderá las capas gaseosas exteriores y quedará como la mencionada enana blanca, una estrella muy densa, de unos pocos cientos de kilómetros de radio, constituida solo por hidrógeno y helio en sus capas exteriores, con los elementos más pesados hundidos en su centro.

Inesperadamente, en la atmósfera de GD61 se encontraron óxidos de magnesio, aluminio, silicio, calcio y hierro, y un inexplicable exceso de oxígeno. Observaciones posteriores de radiación infrarroja de esa estrella permitieron determinar que los elementos pesados provenían de un disco de material caliente que la orbitaba y que era, probablemente, el resabio de un objeto rocoso que se destruyó con su muerte y pasaje al estado de enana blanca. Los científicos calculan que alrededor del 26% de la masa de ese objeto fue agua, lo que lo hace muy similar a Ceres, el asteroide más grande del Sistema Solar.

A pesar de sus inmensos océanos, solo el 0,02% de la masa de la Tierra es agua. Se cree que nuestro planeta se formó seco y que su agua actual resultó de chocar con asteroides cargados de ella. Haber encontrado restos de un objeto rocoso y muy húmedo orbitando, GD61, sugiere que lo mismo pudo haber pasado allí. Esto implica que los ingredientes para que planetas secos reciban agua existen en todas partes. Si bien no sabemos si hay planetas enteros que hayan sobrevivido a la muerte de GD61, el descubrimiento del agua augura buenas noticias para los humanos que puedan existir dentro de 5000 millones de años cuando el Sol se convierta en una estrella gigante roja en su camino a la muerte como enana blanca. Deberán estar viviendo por lo menos en Marte o más allá, y podrán obtener su agua de la minería de asteroides.

Más información en Aron J, 2013, ‘Zombie star feasts on a soggy asteroid’, New Scientist, 2939: 12.

Aníbal Gattone