Epidemia de obesidad: lo improbable y lo posible. Clínica médica y bases de datos

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Los hombres y las mujeres que padecen de obesidad grave tienen muy pocas probabilidades de lograr un peso normal. En contrapartida, tienen más chances de reducir su peso en 5% en un año que aquellos con obesidad menor. Por lo menos eso indica un estudio estadístico realizado en el Reino Unido entre 2004 y 2014 sobre más de 170.000 personas.

El índice que se utiliza para clasificar el grado de obesidad es el de masa corporal, BMI según su sigla en inglés. Se calcula simplemente dividiendo el peso (expresado en kilogramos) sobre la altura (en metros) elevada al cuadrado. Así, una persona con un BMI de más de 40 se considera con obesidad grave, mientras que una con un BMI entre 30 y 35, con obesidad leve.

El estudio estadístico se realizó analizando registros de la Base de Datos para la Investigación de Práctica Clínica (Clinical Practice Research Datalink), un proyecto financiado por el Departamento de Salud de Gran Bretaña, que provee información anónima para la investigación en salud pública. La utilización de la tecnología disponible para analizar información de grandes cantidades de pacientes es cada día más utilizada para confirmar la seguridad de una vacuna, comparar nuevas terapias o realizar estudios globales de diabetes.

¿Por qué tienen mayores probabilidades de perder el 5% de su peso los pacientes severamente obesos que los que padecen una obesidad leve? Quizá porque su condición es más evidente, porque reciben más presión para hacerlo o porque los médicos son significativamente más insistentes con individuos con un BMI ≥ 35. No parece haber razones evidentes. Muchos estudios han intentado predecir el resultado de un tratamiento por obesidad a partir de información del paciente antes de que comience el programa de adelgazamiento, pero los actuales modelos predictivos de pérdida de peso son débiles y de poca utilidad: tienen demasiadas variables, no solo el valor inicial del BMI.

Sin embargo, lo que sí está comprobado es que modestas pérdidas de peso en individuos obesos pueden producir grandes beneficios en salud y reducir el agobio social. Perder 5% de masa corporal redunda en significativas mejoras del riesgo cardiometabólico, es decir, la predisposición a la arteriosclerosis, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Las bases de datos con información clínica puede ser un inestimable recurso para la investigación en salud pública, en la medida que la información registrada sea representativa de la población en términos de las características demográficas de los pacientes, y en la cantidad y distribución de los médicos.

Más información en Fildes A et al., 2015, ‘Probability of an obese person attaining normal body weight: Cohort study using electronic health records’, American Journal of Public Health, accesible en http://ajph.aphapublications.org/ y en doi: 10.2105/AJPH.2015.302773.

Julio Gervasoni

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