Imaginación y experiencia en el discurso geográfico del Renacimiento

En la dedicatoria al rey de su Cosmografía universal, publicada en París en 1575, André Thevet explicaba a Enrique III de Francia que la obra comprendía la descripción no solo del orden de los cielos y los cuerpos celestes sino de las latitudes y longitudes de la Tierra, así como las prácticas y costumbres de los pueblos que la habitaban (figura 1). Thevet destacaba el hecho de que eran las observaciones realizadas en sus navegaciones a las cuatro partes del mundo en el transcurso de diecisiete años las que le permitían ofrecer descripciones fidedignas de ‘tierras desconocidas por los antiguos y modernos’ (terres incogneues des anciens & modernes). ‘Cierto es que algunos antiguos las describieron, pero no fue más que a partir de la imaginación’, señalaba el cosmógrafo mientras ponía en valor sus propios aportes: ‘Yo solo alego lo que vi con los ojos o escuché de aquellos que fueron a tales sitios’ (Vray est q...



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Doctora en historia, UBA-Universidad de París 7 Diderot.
Investigadora adjunta en el Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas (LICH), UNSAM-Conicet.
Profesora adjunta, UNSAM.

Carolina Martínez
Doctora en historia, UBA-Universidad de París 7 Diderot. Investigadora adjunta en el Laboratorio de Investigación en Ciencias Humanas (LICH), UNSAM-Conicet. Profesora adjunta, UNSAM.

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