Individualismo o arroz

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Hay estudios que intentan predecir las consecuencias de las enfermedades patógenas en la cultura de los pueblos. Que los individuos de una comunidad deban enfrentarse de manera periódica con ulceraciones en la piel, mal de Chagas, malaria, parásitos, lepra, dengue, tifus o tuberculosis tiene, probablemente, un efecto sobre el comportamiento social de toda la población. Así, se han realizado investigaciones sobre el estilo de pensamiento de personas de distintos orígenes basadas en la prevalencia histórica de enfermedades en sus comunidades de procedencia. Otros estudios culturales examinaron los medios de sustento, en particular, si las sociedades fundan su economía en la ganadería o en la agricultura. Pero es posible pensar que lo que marque la diferencia sean cuestiones más sutiles, como el tipo de especie vegetal cultivada.

Un grupo de psicólogos sociales realizó una investigación sobre la disparidad psicológica de la población china comparando provincias arroceras con provincias trigueras. Contrastó su estudio con investigaciones anteriores que sostienen que la independencia y la movilidad de los pastores produce una cultura individualista, mientras que la estabilidad y las exigencias del trabajo de los labriegos generan una cultura colectivista.

La “teoría del arroz” va más allá de esta hipótesis, pues propone que hay una relación estrecha entre el porcentaje de tierra cultivada dedicada a los arrozales e interdependencia entre personas. Los investigadores interrogaron a los individuos estudiados sobre conceptos como lealtad y nepotismo, y también acerca de sus redes sociales de pertenencia.

Uno de los aspectos que diferencian a las culturas colectivistas es que sus miembros hacen una aguda distinción entre amigos y extraños. Los participantes en el estudio, en un ejercicio imaginario, debían considerar la posibilidad de ganar o perder plata en un negocio en el que estaban asociados con un amigo honesto, con uno deshonesto, con un extraño decente o con uno indecente. A partir de sus respuestas, los científicos obtuvieron indicadores para mensurar lealtad versus nepotismo, con el afán de obtener métricas psicológicas para evaluar culturas y sistemas de pensamiento.

Los resultados de la investigación mostraron que los participantes de provincias arroceras presentaban un pensamiento más interdependiente que los de las provincias trigueras. También que eran más leales y proclives a las prácticas nepotistas. Esas diferencias psicológicas podrían derivar del trabajo necesario para cada cultivo: los arrozales exigen de manera ineludible una labor coordinada entre vecinos, mientras que los campos de trigo crecen con mayor facilidad y demandan muchas menos horas-hombre.

La teoría del arroz proporciona un marco teórico que podría explicar por qué Asia es menos individualista de lo que “debería ser” (según nuestros occidentales parámetros) conforme a su actual opulencia.

Más información en Talhelm T et al., 2014, ‘Large-scale psychological differences within China explained by rice versus wheat agriculture’, Science, 344, 603 y en doi: 10.1126/science.1246850-

Julio Gervasoni

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