Videojuegos para entrenar la mente

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Los videojuegos son productos de una industria que factura unos 70 mil millones de dólares anuales y cuya finalidad es exclusivamente el entretenimiento. Considerando su uso cada vez más masivo, cabe reflexionar acerca de sus efectos sobre la salud, y también sobre su utilidad educativa o terapéutica.

Así como ejercitamos nuestros músculos durante el ejercicio físico, los videojuegos pueden ser el gimnasio de nuestro órgano más complejo, el cerebro. En el ámbito educativo los videojuegos han demostrado su capacidad de hacer más ameno y placentero el aprendizaje. Se han preparado herramientas diseñadas específicamente para el estudio de, por ejemplo, matemática, física, medicina e incluso historia.

Un estudio reciente sugiere que jugar videojuegos mentalmente desafiantes mejora nuestra capacidad para procesar información. Esa mejora fue observada en determinadas funciones ejecutivas, es decir, en habilidades que permiten anticipar y planificar operaciones mentales. La sede de esas habilidades es la corteza prefrontal, una región del cerebro vinculada con procesos complejos como la expresión de la personalidad, el comportamiento social o la toma de decisiones. Los investigadores analizaron las repercusiones en las funciones ejecutivas de videojuegos de géneros diferentes: acción en primera persona, acción con un componente de aventura, puzzle y estrategia en tiempo real. Para ello reclutaron a 55 estudiantes de entre diecinueve y veinticuatro años, sin experiencia en videojuegos, y los asignaron al azar a diferentes juegos. Antes y después de jugar los participantes fueron sometidos a pruebas neuroconductuales que miden, entre otras cosas, la capacidad de cambiar de atención entre dos tareas diferentes, o la de suprimir estímulos distractores. Quienes participaron en juegos de lógica, que exigen formular estrategias y planificar, mostraron mejoras en esas pruebas, un resultado que invita a repensar los videojuegos y a diseñarlos como herramientas para entrenar regiones específicas de la cognición humana.

La investigación también podría sentar las bases de futuros tratamientos de enfermedades neuropsiquiátricas, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, de alta incidencia actual en niños y adolescentes. Los adultos podrían beneficiarse igualmente con esos videojuegos infantiles, que no resultan violentos. En medio del intenso debate sobre posibles vínculos en niños entre videojuegos violentos y agresión, los videojuegos de lógica aparecen como una alternativa adecuada.

Mas información en Oei AC & Patterson MD, 2014, ‘Playing a puzzle video game with changing requirements improves executive functions’, Computers in Human Behavior, 37: 216-228.

Leonardo Marengo

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