Los 10 años de CIENCIA HOY. Diez Años de Aparición Ininterrumpida

Hace algo más de diez años, el 9 de diciembre de 1988, en las Salas Nacionales de Cultura Palais de Glace, se presentó al público el primer número de CIENCIA HOY. Su portada reproducía la pintura Modulaciones de Julio Le Parc, quien en ese momento realizaba una exposición de su obra en el mismo Palais de Glace. Modulaciones fue elegida para ilustrar el articulo en el que Carlos Balseiro y Francisco de la Cruz, del Centro Atómico Bariloche, describían el entonces muy novedoso y todavía muy actual fenómeno de la superconductividad a altas temperaturas críticas.

En su primer editorial, que se reproduce en el presente número, se expusieron las razones que justificaban la creación de CIENCIA HOY y los principios que guiaron su política editorial. Estos principios mantienen su vigencia. CIENCIA HOY divulga al público no especializado temas relacionados con todas las ramas de la ciencia y la tecnología, haciéndolo mediante artículos escritos por científicos argentinos. Pretende tener calidad literaria, gráfica y artística para transmitir la idea de que los resultados de la ciencia son bienes culturales valiosos y que informarse sobre ellos es una experiencia placentera. Intenta modificar la habitual idea de que la ciencia es algo que únicamente se efectúa en otras partes del mundo y en la que sólo participan argentinos que viven en otros países.

CIENCIA HOY es, también, una revista de opinión en cuyas páginas se discuten con independencia y pluralismo cuestiones vinculadas a la ciencia y a la tecnología en la Argentina y en el resto del mundo. Desde sus editoriales CIENCIA HOY se empeña en lograr que se reconozca la importancia de la ciencia en el desarrollo del país, pero también en señalar que la promoción de la ciencia sólo generará resultados socialmente valiosos, si se realiza respetando el mérito y mediante procedimientos abiertos y transparentes. Desde sus secciones Ciencia y Sociedad y Opinión la revista ha analizado cuestiones vinculadas a la responsabilidad social del científico y del administrador de la ciencia. Este asunto está adquiriendo cada vez más importancia en vista de la creciente incidencia de los complejos productos de la ciencia y de la tecnología en casi todos los aspectos de la vida cotidiana.

En la nota de Ennio Candotti, que se publica junto a esta, el lector encontrará la crónica del nacimiento de CIENCIA HOY y conocerá a quienes participaron en él. Al leerla, se dará cuenta de que CIENCIA HOY es uno de los más completos y elegantes ejemplos de cooperación entre científicos de América Latina. Si bien CIENCIA HOY es totalmente independiente en su política editorial, su génesis la convierte en hermana menor de Ciência Hoje, revista de la prestigiosa Sociedad Brasileña para el Progreso de las Ciencias (SBPC). Sin la preexistencia de Ciencia Hoje y sin la abnegada labor de Ennio en la Argentina durante la etapa fundacional de CIENCIA HOY, la revista no existiría.

Los primeros diez años de CIENCIA HOY no fueron fáciles. El mes de diciembre del 88 precedió al verano del 89; este fue el verano de los cortes de luz, de la hiperinflación y de La Tablada. A pocos meses de aparecida la revista, se produjo el cambio de gobierno. Esto ocasionó turbulencias innecesariamente traumáticas en el campo científico-tecnológico que afectaron a CIENCIA HOY ya que la revista fue, por un periodo afortunadamente ya superado, blanco de injustificadas e infundadas agresiones por parte de las nuevas autoridades del sector científico.

A pesar de las variadas peripecias que jalonaron sus comienzos, CIENCIA HOY cumple, sana y fuerte, sus primeros diez años. Su supervivencia en condiciones frecuentemente muy adversas no hubiera sido posible sin la tozuda decisión de quienes participaron y participan en su realización quienes, además, pueden dar fe de que ni en los peores momentos se consideró la posibilidad de interrumpir definitivamente su publicación. Esta actitud tuvo un invaluable apoyo en la lealtad de autores y lectores, que determinó que CIENCIA HOY nunca careciera de artículos ni de compradores. También creyeron en CIENCIA HOY las empresas que mantuvieron su publicidad en la revista. Otro factor crucial en los primeros años fue el apoyo de instituciones públicas argentinas, en particular, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de La Plata, la Comisión Nacional de Energía Atómica, el CONICET, la SECyT. También contribuyeron a la supervivencia de CIENCIA HOY y al cumplimiento de sus objetivos, la decisión en 1997 del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación de distribuir la revista en más de siete mil establecimientos de enseñanza media de todo el país, y la comprensiva actitud de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares, que desde el inicio de CIENCIA HOY ha donado colecciones encuadernadas de cada uno de los volúmenes a las bibliotecas que están en su jurisdicción. Otra ayuda importante en la etapa inicial fue la proporcionada por organismos internacionales o extranjeros, tales como la Agencia Sueca, para la Cooperación con el Desarrollo (SAREC), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Oficina Regional para la Ciencia y la Tecnología en América latina y el Caribe (ORCYT) de la UNESCO y la Academia de Ciencias del Tercer Mundo. El proyecto tampoco hubiera sobrevivido sin la importante contribución que durante los primeros tres años realizó la Fundación Antorchas de la Argentina.

Las reflexiones sobre los primeros diez años de CIENCIA HOY quedarían incompletas si no se mencionara que en 1990 la Asociación Ciencia Hoy, dos años después de iniciar la publicación de la revista, decidió embarcarse en el establecimiento y gestión de lo que llamó Red Teleinformática Académica (RETINA). El objetivo inicial de RETINA fue ofrecer a los miembros de la comunidad académica argentina la posibilidad de comunicarse entre si y con sus colegas del resto del mundo mediante el uso del correo electrónico. A este se le agregaba en una segunda etapa el aprovechamiento de las otras posibilidades ofrecidas por las redes de computadoras. RETINA se sumó así a otras iniciativas de ese tipo que estaban tomando cuerpo en la comunidad académica local en un momento en el que todavía los términos “correo electrónico”, “e-mail” e “Internet” no tenían la popularidad actual, y eran desconocidos por muchos científicos. RETINA comenzó a funcionar con el diseño conceptual de la Asociación Ciencia Hoy y la financiación de la Fundación Antorchas. En sus comienzos, equipó y coordinó la actividad de centros de cómputos de distintas unidades académicas para ponerlos en condiciones de proporcionar servicios de correo electrónico. En ese entonces RETINA accedía al resto del mundo a través de conexiones de tiempo ilimitado facilitadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina y por la mucho más avanzada red universitaria chilena, que ya contaba con un enlace internacional satelital propio.

Las gestiones de RETINA en búsqueda de mejorar su conexión con el mundo culminaron cuando en enero de 1994, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones la autorizó a contratar un enlace satelital propio ante la falta de respuesta de TELINTAR, que aún mantiene el monopolio de las comunicaciones internacionales. El establecimiento de esta conexión contó con la entusiasta cooperación de la National Science Foundation de los Estados Unidos (NSF) la cual aceptó que el enlace de RETINA se realizara con la red académica de la NSF y con el apoyo económico de la OEA, que realizó una importante contribución para mejorar la infraestructura local del hardware de comunicaciones. En la actualidad, RETINA se autofinancia mediante los convenios de cooperación que ha establecido con seis universidades nacionales, y con veinte instituciones estatales y organizaciones privadas sin fines de lucro, a las que brinda acceso a todos los servicios de la Internet a través de su enlace internacional, cuya capacidad fue duplicando cada año hasta alcanzar los 1.024 Kbps actuales. Además, alrededor de mil usuarios académicos cuentan con acceso pleno a la Internet mediante comunicación telefónica con el Centro de Operaciones de RETINA.

Hay, por lo tanto, motivos para alegrarse y festejar. No es trivial que una revista de realización artesanal, contenido científico, orientación plural y total independencia de opinión como es CIENCIA HOY, haya llegado a sus diez años durante un periodo muy difícil para la ciencia en la Argentina. Tampoco lo es el haber logrado con la minúscula infraestructura de la Asociación Ciencia Hoy establecer, mantener y hacer crecer sostenidamente a RETINA, y convertirla en el sistema de comunicación electrónica y de acceso a la Internet más eficiente que dispone la comunidad científica en la Argentina de hoy.

En este el año del décimo aniversario de la aparición de su revista, la Asociación Ciencia Hoy procurará profundizar su diálogo con la sociedad. Este propósito comenzó a concretarse con la realización de la encuesta de opinión sobre la visión social de la ciencia, cuyos resultados se publicaron en el número 48 de CIENCIA HOY y con el llamado a concurso, mediante el cual la Asociación pretende premiar el mejor ensayo sobre la situación actual de la ciencia en la Argentina.

Los responsables de la Asociación Ciencia Hoy, del proyecto RETINA y los editores de la revista CIENCIA HOY esperan que estas iniciativas, y otras que les sigan, den lugar a un diálogo más activo entre los científicos argentinos y otros actores sociales. Para ello requieren -y solicitan- la colaboración de autores y lectores. La actitud que permitió que CIENCIA HOY recorriese estos primeros diez años de vida, debería contribuir a facilitar este diálogo con la sociedad cuyo resultado más importante es conseguir que la ciencia sea reconocida como instrumento esencial para la educación, la cultura y el bienestar económico del país. Este reconocimiento constituye un paso imprescindible para lograr que se eliminen las crónicas dificultades que afectan al quehacer científico en la Argentina.

Los editores

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