Plutón: me verán volver

El 14 de julio último, la sonda interplanetaria New Horizons, lanzada al espacio por la NASA desde Cabo Cañaveral en enero de 2006 para estudiar a Plutón, llegó al punto de su trayectoria más cercano a este después de viajar 4764 millones de kilómetros desde la Tierra, y obtuvo una asombrosa serie de fotografías tomadas desde una distancia de 12.500km del planeta enano. Las noticias y las correspondientes imágenes se difundieron por la prensa mundial.

Esa no es la primera vez que Plutón resultó noticia para el público, ni tampoco para los astrónomos. En la historia de la astronomía, Plutón es mucho más que un planeta enano: es un ícono de cómo los avances tecnológicos introducen fuertes variaciones en las ideas científicas.

Fue descubierto en 1930 por Clyde Tombaugh (1906-1997) después de observar durante seis meses, cada cinco noches, una serie de campos estelares con un telescopio de 33cm de diámetro y de analizar las decenas de placas fotográficas obtenidas. Lo hizo en el observatorio Lowell, en el estado de Arizona, que le había encomendado la tarea y anunció el descubrimiento de un noveno planeta del sistema solar, el más lejano al Sol. Con el instrumental del momento, poco se logró determinar sobre los parámetros físicos del nuevo planeta, que orbitaba más allá de Neptuno. Se le estimaron diferentes masas, desde una similar a la de Júpiter hasta el 1% de la masa de la Tierra.

En 1978, con el descubrimiento de Caronte, el primer satélite detectado de Plutón –lo que se hizo con un telescopio de 1,55m de diámetro en el Observatorio Naval de los Estados Unidos–, se pudo determinar en forma directa la masa del planeta y estimar su diámetro: respectivamente 0,17% de la Tierra y aproximadamente 2300km. La detección de Caronte estimuló la duda sobre la condición de planeta de Plutón. Se esgrimieron hipótesis de que, con Caronte, eran partes de un satélite de Neptuno que había escapado de su órbita. Más aún, en 1992, con una cámara fotográfica montada en un telescopio de 2,2m de diámetro del observatorio Mauna Kea, en Hawaii, se detectaron objetos de hielo orbitando más allá de Neptuno. Hoy, con centenares de otros –algunos de tamaño similar a Plutón– son parte del cinturón de Kuiper.

Fue así que Plutón debió abandonar su trono de objeto transneptuniano peculiar. En septiembre de 2006, unos meses después de que partiera en su búsqueda la sonda New Horizons, la Unión Astronómica Internacional decidió retirarle su condición de noveno planeta del sistema solar. Pero las observaciones de dicha sonda permitieron precisar su diámetro, que resultó 2370km y lo convirtió nuevamente en el mayor objeto celeste transneptuniano. Por su densidad, se presume que tiene más hielo en su interior que el supuesto. Con las imágenes de alta precisión enviadas por la sonda se conocerá la morfología de su superficie. Así comienza un nuevo capítulo de la historia de Plutón en los confines del sistema solar.

Más información en http://www.nasa.gov/mission_pages/newhorizons/main/index.html

Andrea P Buccino
abuccino@iafe.uba.ar

*Plutón tomado desde 12.500km de distancia por la sonda espacial New Horizons. Foto NASA/JHUAPL/SWRI

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