Repositorios Nucleares en la Argentina

Las grandes inversiones en plantas productoras de electricidad que necesita el mundo moderno para satisfacer sus enormes consumos de energía, constituyen, crecientemente, motivo de polémica y de lucha política, sobre todo debido a sus consecuencias ambientales. Los proyectos hidroeléctricos inundan grandes extensiones y alteran sus ecosistemas, con la concecuencia de que se pueden extinguir especies vegetales o animales y propagar enfermedades. Las plantas llamadas térmicas, que queman combustibles fósiles, contaminan el aire con sus emisiones y pueden incrementar el denominado efecto invernadero, que altera el clima global. La nucleoelectricidad, generada por reactores atómicos, no afecta el aire con emisiones ni tiene normalmente efecto alguno sobre los ecosistemas de los lugares donde se los emplaza, pero es rechazada, sobre todo, por el temor a que se porduzcan accidentes, como Chernobyl. Las verdaderas repercusiones ambientales de una central nuclear, sin embargo, no están allí sino en otros dos lugares : en los posibles efectos de la mineria del uranio y en el destino final de los combustibles, una vez terminada su utilización en el reactor. Este número aborda la segunda cuestión.

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