¡Un cuarto de siglo!

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La primera entrega de Ciencia Hoy llegó a manos del lector en diciembre de 1988; cinco lustros después arriba este número, el 135. En ese lapso unos 1400 autores publicaron notas de diverso tipo en la revista, y la aparición bimestral terminó cumpliéndose con una regularidad del 90%, a pesar de las turbulencias económicas y políticas sobrevenidas, lo que constituye, en nuestra opinión, un logro que exhibimos con considerable satisfacción, y una fuente de optimismo para el futuro. (El lector obtendrá una visión más completa del pensamiento de la revista en este período si lee también el primer editorial y los correspondientes al décimo y vigésimo aniversario –números 1, 49 y 108–, partes de los cuales repetimos en el presente.)

También es motivo de satisfacción que en los años transcurridos sigan vigentes los propósitos originales de la revista, los que constituyen el mejor motivo para perseverar en el empeño de producir Ciencia Hoy bimestre tras bimestre.

Con el paso del tiempo, la modificación de las circunstancias externas y la experiencia que hemos ido adquiriendo, varió el énfasis puesto en diferentes facetas de esos propósitos, y se fue ajustando la manera de cumplirlos. Si se comparan los primeros con los últimos números, se podrán advertir numerosos cambios, tanto en el diseño gráfico como en el estilo de los artículos, que pasaron de una redacción más cercana a la de textos científicos universitarios a una que procura estar más al alcance del lector no especializado. También se agregaron secciones en las que no se pensó al comienzo, como ‘Ciencia en el aula’, o ‘Ciencia en la cocina’.

Estos cambios no han alterado, sino más bien reforzado, la creencia de que es parte irrenunciable de la misión de la comunidad académica explicar a la sociedad, en términos que el ciudadano medio pueda entender, qué temas ocupan a las diferentes disciplinas científicas, qué preguntas se formulan, qué respuestas encuentran y cómo pueden esas respuestas o los descubrimientos e inventos que de ellas se derivan afectar la vida de la gente. Facilitar el cumplimiento de esa parte de la misión de los científicos es el empeño central de Ciencia Hoy, que no ha cambiado en veinticinco años y no se espera que cambien en el futuro previsible.

Nunca está de más recalcar que Ciencia Hoy no es una publicación científica sino de divulgación: no es un órgano hecho para que los investigadores den a conocer a sus pares el resultado de sus trabajos, sino para que el público medianamente curioso se entere de ellos –por lo menos en sus grandes líneas y sin entrar en tecnicismos–. En una palabra, el destinatario primordial del esfuerzo editorial no es el autor sino el lector. Nunca nos cansamos de pedir a nuestros esforzados autores que recuerden esa circunstancia cuando procesamos sus textos, porque una de las invariables y más delicadas tareas editoriales, de la que teníamos escasa experiencia al principio, es pasar esos textos del estilo propio de las revistas científicas, en el que los autores están acostumbrados a escribir, al estilo adecuado para un órgano de divulgación. Algunos de los artículos de este número insisten sobre lo anterior.

En estos momentos los medios masivos de comunicación suelen presentar un solo aspecto de la ciencia y la tecnología modernas, a saber, su capacidad de servir como motores del desarrollo socioeconómico, de la innovación, de la mayor productividad y de la creación de riqueza. Resulta así eclipsado otro concepto, igualmente importante, que procuramos difundir: que el conocimiento tiene un valor intrínseco que excede su utilidad inmediata. La ciencia es parte del patrimonio inmaterial de las sociedades avanzadas y, en ese carácter, es un bien cultural a ser preservado, multiplicado y puesto a disposición del público. Es una componente central de una sociedad civilizada.

La responsabilidad de publicar Ciencia Hoy pertenece a la asociación civil sin fines de lucro, una entidad de bien público que lleva el mismo nombre y fue constituida en 1988 por un grupo de académicos con el objetivo principal de sacar la revista. En el cuarto de siglo transcurrido, muchas personas aportaron sus ideas, su trabajo voluntario y su tiempo para que la empresa saliera adelante. Ocuparon los cargos de la comisión directiva y del comité editorial, escribieron los artículos, actuaron como árbitros de los manuscritos presentados e integraron sucesivos comités científicos asesores. Sin excepción lo hicieron ad honórem, lo que constituye otro motivo de satisfacción y orgullo. En adición, la tarea editorial se vio beneficiada por la participación profesional de personal administrativo, procesadores y correctores de textos, diseñadores e impresores, en carácter de empleados o contratistas externos. Aun a riesgo de cometer involuntarias omisiones, por las que desde ya pedimos disculpas, al final damos una lista de nombres relacionados con ambos grupos.

En este momento de recuerdo y agradecimiento a tantos colaboradores, queremos personalizar en uno que expresó con particular lucidez los propósitos y esfuerzos comunes. Nos referimos a Patricio Garrahan, profesor emérito de la UBA e investigador superior del Conicet, que desde 2011 no está entre nosotros. Presidió la institución por dieciséis años e integró el comité editorial por veinte. Imprimió a la Asociación Ciencia Hoy y a la revista muchos de sus valores, que constituyen un precioso patrimonio a conservar y fortalecer.

Entre los muchos amigos de Ciencia Hoy se cuenta uno de los más exitosos divulgadores de una disciplina: el matemático Adrián Paenza, que también fue fiel avisador durante años. Nos parece adecuado incluir en este editorial algunas reflexiones que nos hizo llegar en la ocasión, que coinciden con el pensamiento que nos animó desde el inicio:

El auge impresionante de la divulgación científica en la última década tiene a mucha gente cuestionándose sobre sus causas. ¿Qué pasó? ¿Por qué pasó? ¿Qué es lo que no sabíamos antes y sabemos ahora? ¿Fue algo premeditado, preparado, imaginado o bien salió porque salió?

La distribución de la riqueza fue siempre injusta. Grupos enormes de personas se quedaron (y se quedan aún hoy) afuera de la gran fiesta que es –o debiera ser– la vida. Pero más allá de la distribución inequitativa de la riqueza material también hubo históricamente una distribución inequitativa de la riqueza intelectual. Sólo un grupo de privilegiados tenemos y tuvimos acceso al conocimiento.

El conocimiento es poder. Es un derecho humano, imbricado a la propia vida. Cuando hace veinticinco años nació Ciencia Hoy, nadie imaginó que a estas alturas habrían pasado por ella unos 1400 autores. Seguro que cada uno de ellos soñó con hacer un poco mejor al prójimo, tratar de compartir una pequeña cuota de saber.

Como académicos, no tenemos derecho de usar solo en beneficio propio –individual, sectorial o grupal– esas gotas de saber de las que disfrutamos el privilegio de disponer. Nuestro compromiso con la sociedad es compartirlas y difundirlas. Recordemos que nada produce más satisfacción que lograr entender algo, pasar por ese momento mágico en que finalmente se consigue comprender.

En este tiempo de celebración me parece que es también el momento de estimular a Ciencia Hoy a que persevere en su empeño de socializar el conocimiento. Es la mejor obra que uno puede dejar, además de plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo.

Por nuestro lado, para este número aniversario invitamos a investigadores de diferentes disciplinas a reflexionar sobre el estado y las líneas de indagación más promisorias de las respectivas áreas del conocimiento. Por supuesto, en las pocas páginas de la revista no cabrían todas las ramas de la ciencia: la selección de temas resultó, en gran medida, de la disposición de los convocados. En números venideros podremos seguir incorporando visiones de otras disciplinas. También integran este número reflexiones sobre la divulgación de la ciencia, tanto en la Argentina como en Francia y en Brasil.

La mirada al futuro, propia de todo aniversario institucional, siempre incluye ideas de renovación y proyectos que marcan nuevos rumbos. Por eso queremos dejar acá dos registrados, que tenemos en estudio con diferente grado de avance y cuya factibilidad estamos considerando con cuidado. El primero es la mayor utilización del medio electrónico para la difusión del mensaje y el contenido de la revista, para lo cual hemos comenzado por el diseño de una nueva página en internet, que está en marcha; el segundo es la paralela publicación de un órgano dirigido a chicos: en este número se realiza un primer ensayo de avanzar en esa dirección con el encarte que hemos agregado. Igual que la revista en su historia pasada, esos proyectos dependen de que encontremos la forma de financiarlos, una tarea que nos ocasionó más de un dolor de cabeza en todos estos años y seguramente seguirá ocasionándolos en el futuro.

Más allá de la gratitud que los actuales editores expresan colectivamente a todos los nombrados al final, también desean resaltar el crucial apoyo financiero que Ciencia Hoy recibió de algunos avisadores e instituciones, sin el cual es dudoso que hubiese nacido y seguido en vida. Destacan entre los primeros el grupo Techint, alguna de cuyas empresas siempre nos acompañó, y entre las segundas, en el comienzo, la desaparecida Fundación Antorchas, y en tiempos más recientes el Conicet y los ministerios de Educación y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. También recalcan la definitoria ayuda de la colega brasileña Ciência Hoje, que sirvió de modelo en los momentos iniciales. Y merece un enorme agradecimiento el casi millar y medio de autores de las más variadas disciplinas, por sus manuscritos y su paciencia con nuestros esfuerzos editoriales, así como los revisores o árbitros a quienes recurrimos para garantizar la calidad académica de las notas. Últimos en la enunciación pero por cierto no en la importancia, están los lectores, cuya fidelidad y confianza proporcionaron un crucial sustento material y moral a lo largo de estos veinticinco años. ¡Feliz aniversario!

Firmantes del acta de fundación, miembros de la comisión directiva e integrantes del comité editorial y de los consejos científicos desde la fundación de CIENCIA HOY (pueden haber cumplido una o más de esas funciones).

Abeledo Carlos, Antonelli Marta, Arrizurieta Elvira, Asúa Miguel de, Balán Jorge, Bes Daniel, Bilenca David, Bisogni Edgardo, Boido Guillermo, Bonadeo Hernán, Braun Rafael, Burucúa José Emilio, Candotti Ennio, Caputo Ranwell, Casamiquela Rodolfo, Cardoso Franco, Caridi Aurora, Carrasco Andrés, Chiaramonte José Carlos, Chiozza Elena, Coluccio Leskow Federico, Coso Omar, Crisci Jorge, Dragún Martha Olga, Elgoyhen Belén, Endere María Luz, Fazio Santos, Fernández Prini Roberto, Finkielman Samuel, Frank Carlos, Galvele José, Gangui Alejandro, Garrahan Patricio, Gattone Aníbal, Giambiagi Juan José, Golombek Diego, González Cappa Stella Maris, Granillo Eduardo, Haeberer Armando, Hardoy Jorge Enrique, Heber Andrés, Hurtado de Mendoza Diego, Ípola Emilio de, Jaim Etcheverry Guillermo, Korn Francis, Kornblihtt Alberto, Legisa Juan, Maier Irene, Maqueda Ernesto, Martini José X, Mayo José, Míguez Eduardo, Mindlin Gabriel, Molina Guillermo, Molinas Felisa, Montserrat Marcelo, Monza Alfredo, Moreno José Luis, Nabel Paulina, Núñez Ovidio, Olaso Ezequiel de, Olivier Santiago, Otero Dino, Paladini Alejandro, Parraud Jacques, Pasquini Juana, Penchaszadeh Pablo, Perazzo Roberto, Pérez Ferreira Emma, Pérez Gollán José Antonio, Pignotti Alberto, Podgorny Irina, Politis Gustavo, Pucciarelli Alfredo, Rapoport Eduardo, Reig Osvaldo, Retegui Lilia, Ridner Alberto, Rúveda Edmundo, Sabato Hilda, Sacerdote de Lustig Eugenia, Saraceno Marcos, Schaposnik Fidel, Schwarzbaum Pablo, Segura Enrique, Segura Hugo, Semmartin María, Sette Alberto, Soler Illia Galo, Soriano Alberto, Soto Eduardo, Taleisnik Samuel, Testoni, Jorge, Tomio Josefina, Tricárico Roberto, Ventura Edgardo, Villavicencio Susana, Weinberg Gregorio.

Principales partícipes de las labores administrativas y editoriales.

Arcieri Nilda, Arcioni María Julia, Barragán Pablo, Blanco Adelina, Blanco Paula, Calderón Ricardo, Cardoso Heber, Cruz María de los Ángeles, Frenzel Susana, Galli Corina, García Blaya Carlos, Massolo Fabio, Morales María Susana, Tenner Gabriela, Urrestarazu Mónica, Valledor Mario, Volpe Roberto.

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