Desde que en la década de 1970 un grupo de historiadores de la ciencia se dedicó a estudiar las relaciones históricas entre ciencia y religión, este se volvió un ámbito de investigación muy activo de nuestra disciplina. Entre las figuras fundadoras de este movimiento, habría que mencionar en primer lugar al británico John Hedley Brooke, que fue profesor en Oxford y autor de la obra de referencia del área (Ciencia y religión: algunas perspectivas históricas, de 1991), a los estadounidenses Ronald Numbers y David Lindberg (ya fallecido), al canadiense Bernard Lightman y al australiano Peter Harrison. Todos ellos (y en particular este último) se ocuparon del tema de ciencia y secularización y/o de lo que se suele llamar ‘ciencia y no creencia’. Los sociólogos de la religión y, por supuesto, los historiadores del cristianismo (sobre todo los que se ocupan de Europa en el siglo XIX) han tratado también la cuestión de ciencia y secularización desde sus propias perspectivas disciplinares.
La respuesta unánime de todos estos especialistas a la pregunta de si la ciencia fue motor de la secularización es que no lo fue. Por cierto, no lo fue en el sentido que postulaba Condorcet en el Bosquejo de un cuadro... ¿Desea continuar leyendo el articulo? Suscríbase haciendo click en el siguiente botón: