El sapo pulga que habita la Selva Atlántica en el estado de Río de Janeiro es el vertebrado con pulmones y cuatro extremidades más pequeño del mundo.
En 1971 se descubrió el sapo pulga, especie que vive oculta en las hojas caídas de la Selva Atlántica en unos pocos lugares del estado de Río de Janeiro. Se trata del vertebrado tetrápodo (esto es, con pulmones y cuatro extremidades) más pequeño del mundo.
La Selva Atlántica brasileña es la mayor reserva de biodiversidad del planeta y, junto con las selvas de Madagascar, uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. Entre las diversas formas de vida existentes en esta selva que atraen el interés de los especialistas, merece destacarse el sapo pulga (Psyllophryne didactyla), considerado no solo el anfibio más pequeño del planeta sino también el vertebrado cuadrúpedo de menor tamaño que se conoce.
El nombre científico de la especie agrupa términos de origen griego que se refieren a características importantes del animal: psyllo significa pulga, phryne quiere decir sapo y didactyla hace referencia a que el animal tiene solo dos dedos en las patas delanteras. Para dar una idea del tamaño del sapo pulga, basta señalar que los de mayor tamaño caben sobre la uña de una persona adulta (ver ilustración), midiendo cerca de 10mm. La longitud de individuos jóvenes es de 4mm lo que los hace menores que la punta de un lápiz.
Los sapos son anfibios sin cola cuyo tamaño varía de acuerdo con la especie pudiendo alcanzar los 30cm en el caso del sapo cururu (Bufo marinus) de Amazonia. Como cualquier otra especie animal, los sapos cumplen una función ecológica. En su caso, la principal es el control de la población de numerosas especies de invertebrados (insectos y otros) y, en algunos casos, algunas especies de pequeños vertebrados.
Carlos Federico Duarte Rocha
