Los libros, especialmente en las sociedades premodernas, fueron siempre objetos de valor económico y también símbolo de estatus cultural. Aunque por estas mismas razones fueron, en general, atesorados con celo, no estuvieron exentos de un sinnúmero de vicisitudes que condujeron en muchos casos a su destrucción parcial o total. Dejando a un lado las cuestiones de tipo ideológico como causa de la pérdida de libros, nos detendremos aquí a considerar los distintos factores que afectaron la integridad de los textos producidos durante la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna, refiriéndonos de manera exclusiva al códice manuscrito, esto es, nada más ni nada menos, que el libro, en un formato muy similar al que hoy conocemos, pero que se diferencia de este en sus materiales y los distintos procesos de su factura.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Fragmentos de antiguos libros manuscritos que hoy se encuentran en colecciones argentinas sueltos o alojados en encuadernaciones.
Las condiciones de guardado de los libros son determinantes en su conservación, ya que los soportes de escritura –pergamino y papel– se ven afectados por las variaciones térmicas, la humedad y la acción de insectos bibliófagos, a los que naturalmente deben sumarse...
¿Desea continuar leyendo el articulo?
Suscríbase haciendo click en el siguiente botón: