Si bien la clonación de la oveja Dolly en 1997 tomó al mundo por sorpresa, las actividades en el área de clonación en animales ya llevaban varias décadas. En particular, el trabajo de Ian Wilmut (uno de los ‘padres’ de Dolly) en embriología animal dio lugar a Frostie, el primer ternero nacido de un embrión congelado en 1973. Al mudarse a la Animal Breeding Research Organisation –organismo que precedió al Roslin Institute, donde nace Dolly– continuó trabajando en reproducción y embriología, y se involucró en un proyecto para generar ovejas genéticamente modificadas que produjesen proteínas de aplicación terapéutica en su leche (algo conocido comopharming). Se introducía un gen humano por microinyección en un embrión animal, que luego era transferido a una huésped subrogante, dando lugar a un animal transgénico. Este proceso, según las palabras del mismo Wilmut, era ‘desesperanzador y enloquecedoramente ineficiente’. Sin embargo, se pudieron generar seis ovejas transgénicas, entre las cuales se encontraba Tracy, una oveja nacida en 1990 que producía 35 gramos de alfa-1 antitripsina (usada para tratar enfermedades pulmonares como la fibrosis quística) por litro de leche. Ella fue la oveja más famosa hasta la llegada de Dolly.
Ante la ineficacia del proceso de ‘transferencia transgénica’, Ian...
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